Sin límites hasta el fin del mundo

m. rey CARBALLO / LA VOZ

FISTERRA

XOÁN A. SOLER

Un peregrino con parálisis cerebral y su hermano visitaron Fisterra y Muxía tras acabar el Camino

26 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado sábado, la Praza do Obradoiro aplaudió la llegada de Oliver y Juan Luis Marfil a la catedral tras peregrinar durante más de un mes desde Roncesvalles. Pretenden concienciar a la sociedad de la necesidad de ayudar a las personas con movilidad reducida, así como de eliminar las barreras que tienen que afrontar en el día a día. Para ello, Juan Luis, con parálisis cerebral y una discapacidad del 96 por ciento, se echó al Camino con la ayuda de su hermano. Acabó logrando la hazaña que había emprendido.

Después de culminar su sueño en Compostela, no quisieron volverse a su pueblo natal, Maracena, en Granada, donde los recibieron ayer con una multitudinaria fiesta, sin visitar Fisterra y Muxía. El domingo se desplazaron en coche hasta el cabo. Ayer, de camino a Maracena, Oliver contaba que «fue un momento muy emotivo. Nos quedamos veinte minutos sentados frente al mar, recordando todo lo que vivimos durante el Camino». El lunes visitaron A Barca, donde también tuvieron tiempo para fundirse con la magia del lugar.

Una vez repongan energías tras casi mes y medio de aventura, Oliver comenzará a trabajar en el documental y el libro que contarán la experiencia. «Empezamos solos en Roncesvalles y se nos empezó a unir gente según íbamos avanzando. Hemos hecho una familia nueva en el Camino». Pero este no será el último desafío que afrontarán estos hermanos sin límites. «Habrá más viajes», adelanta Oliver.