La suerte de haber nacido en el paraíso

Ali Carrillo

FISTERRA

xesús búa

«(...) Les presento mi gran profesión, que no es otra que ser la «guía turística de los fondos marinos de la Costa da Morte» (...). Cuando me sumerjo se me olvida todo: paso a ser como la sirenita de los cuentos y dibujos animados que todos hemos visto alguna vez y tarareo la canción de 'Bajo del mar, siendo sirena, eres feliz'»

29 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Confieso que tengo la suerte de haber nacido en el paraíso, ese lugar que cuando me separo de él me hace sentir como si me faltara el aire. Confieso que me he enamorado de la belleza de su mar y de lo que esconden sus fondos llenos de historias de navegantes que surcaron estas costas y de una gran variedad de especies que no llegamos a imaginarnos. Tengo la gran suerte de haberme criado en una familia que siente la misma pasión por ese mar. Ya con una edad muy temprana mis padres nos llevaban a la playa de Corbeiro. Con dos años aprendí a nadar, aunque mis hermanos decían que yo siempre tenía la cabeza debajo del agua. Así fue como me embelesó Poseidón: continuamente me enredaba entre las olas y me hacía dar vueltas y más vueltas y salía del agua como una croqueta. Hoy en día aún mis vecinas se preguntan cómo nunca me pasaba nada: pienso que ese dios de las profundidades marinas me adoptó como uno más.

Hoy sigo disfrutando de este mar a través de mi experiencia vital, y de la cual nació mi proyecto empresarial de Buceo Finisterre, para enseñar a mucha gente a bucear, o a los que ya son buceadores. Vienen de muchas partes del mundo y les presento mi gran profesión, que no es otra que ser la «guía turística de los fondos marinos de la Costa da Morte». A través de esa ría de Corcubión que se abre al océano Atlántico se esconden muchas historias: te las vas encontrando mientras vas guiando tranquilamente una inmersión con unos cuantos buceadores y mientras van observando todo lo que tú les vas enseñando, o mientras persigues a una raya mosaico que ha iniciado el vuelo desde el fondo de arena blanca. Así, te topas con un ancla enorme que tiene clavada su uña en la arena y empiezas a hacer todo tipo de ruidos, ya que debajo del agua se escucha cuatro veces más que en superficie. Ellos piensan que te has vuelto loca y es en ese preciso instante cuando el sol decide aparecer traspasando el agua dándonos una claridad abrumadora: se dan cuenta de la maravilla que hemos descubierto, que a saber a qué barco pertenecía, cuántos años habrá que allí se quedó perdida y la historia que esconde.

Todos estos hallazgos han sido posibles gracias a la colaboración de los marineros de Fisterra y en especial al patrón Pepe de Olegario y mi hermano Fernando Carrillo. Esa inmensidad del océano, aparte de descubrirnos tesoros de otros tiempos, me ha permitido la gran suerte de darlos a conocer a arqueólogos, investigadores, científicos, estudiantes de arqueología... Se han quedado sorprendidos de lo maravilloso que es bucear aquí.

También se esconde entre las grandes algas que suelen crecer en primavera y verano una gran fauna marina, de la que puede surgir de repente un pulpo que lleva consigo un ordenador de buceo, y que casualmente le ha caído a alguno de tus compañeros cuando ha saltado al agua. Piensas que pronto se lo ha llevado: son tan inteligentes que ahora hasta quieren saber a qué profundidad van y qué hora es. O intentas grabarlo y sentir un tentáculo queriendo robarte la cámara u otra cosa del equipo. También te puedes encontrar con un bogavante moviéndose de un lado al otro, que parece que esté bailando, o al congrio de lado observando, mientras que, alrededor, un ejército de camarones está haciendo guardia... Todo esto nos hace recordar esas historias de Julio Verne o de Jacques Cousteau. Porque cuando me sumerjo se me olvida todo: paso a ser como la sirenita de los cuentos y dibujos animados que todos hemos visto alguna vez y tarareo la canción de Bajo del mar, siendo sirena, eres feliz?..

DNI. Alicia Carrillo Lago. Alicia Carrillo, «Ali», tal y como la conocen, nació en Fisterra en el año 1980. «Buceo Finisterre» es su proyecto empresarial, la evolución de una pasión por el mar que ella misma describe en este texto. Vive con pasión cada descubrimiento que le ofrece.