Pescadores artesanales cumplen un año predicando en el desierto

J. V. Lado, C. Viu CEE, CARBALLO / LA VOZ

FISTERRA

Sus protestas periódicas contra el arrastre siguen sin respuesta

22 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Numerosos informes científicos les dan la razón y, aunque no tienen el apoyo de todo el sector, cada mes desde hace un año -como se vio ayer nuevamente en Fisterra- juntan a dos centenares de manifestantes, pero aun así las protestas de la pesca artesanal contra lo que consideran abusos del arrastre tienen un impacto prácticamente nulo en las Administraciones.

La razón, para el alcalde de Fisterra, José Marcote, hay que buscarla en las empresas «que teñen un gran poder económico e desgraciadamente tamén político». Para él, «esa é a principal lacra da pesca artesanal e contra iso é contra o que hai que pelexar en todos os ámbitos. A nivel local estando ao lado dos nosos mariñeiros, sobre todo porque teñen razón».

El regidor llamó a no caer en el error de pensar que esto solo les afecta a los pescadores, porque «non podemos venderlle á xente que vén a Fisterra as mellores robalizas de piscifactoría. Iso non é o noso peixe, o noso marisco».

Profundizando en esa idea, el teniente de alcalde y responsable municipal de Pesca, Xan Carlos Sar, recordó que enrolado en un barco arrastre en el año 2001 comprobó como «se tiraban ao mar todos os días toneladas de cariocas, de rapes, de rapantes,...». Y también como esta misma protesta en el año 82 en Fisterra «cerraron os bares» y hubo un reparto de pan por parte de los negocios entre los marineros. Lo hizo para criticar la falta de implicación de una parte del pueblo en la protesta, especialmente «dos representantes da confraría e do patrón maior», que a su juicio eran quienes debían estar al frente con las pancartas, como lo hacen los de Corcubión y de otros lugares.

El alcalde de esta localidad, cuyos marineros encabezan y mantienen las reivindicaciones desde el principio, Manuel Insua, también se sumó a la marcha, al igual que el diputado de AGE, Juan Manuel Fajardo, que fue especialmente duro con la Xunta, de cuyos representantes dijo que «queren acabar coa pesca artesanal, porque ese non é o seu modelo, teñen outro». Una apuesta que, a su juicio, queda demostrada con los viajes de los responsables autonómicos a «Noruega, Canadá e Xapón», en los tres casos para contactar con multinacionales de producción industrial «para as cales os peixe salvaxe é unha competencia para o seu modelo de negocio». De ahí que Fajardo se mostrase rotundamente en contra de esta línea «porque sen pesca tradicional non hai Costa da Morte, non hai Galicia e non hai galegos».

Después de completar una marcha por el pueblo, el patrón mayor de Corcubión, José Domínguez, que lidera este movimiento, explicó que «despois de 15 días de trámites e pedir permisos», ayer mismo les llegó una comunicación de la Delegación del Gobierno, que les prohibió quemar una lancha como medida de protesta. «Mandarémala para o desgüace que é a onde eles queren mandar a pesca», concluyó.