Los vecinos de Fisterra juzgan hoy la polémica reforma de la iglesia

Santiago Garrido Rial
S. G. Rial CARBALLO / LA VOZ

FISTERRA

Jose Manuel Casal

El arquitecto Portela y técnicos de Patrimonio visitaron el templo

11 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Los vecinos de Fisterra podrán juzgar hoy el trabajo de César Portela en la reforma de la iglesia de Santa María das Areas. No todos, sino uno solo, el que más polémica ha causado: el pintado de color aguamarina de alguna pared interior, donde antes solo había piedra vista. Los colores ligados a lo religioso parece que solo gustan en el cementerio de Dumbría, pero en los templos de base románica, el sentir general tira más hacia la tradición. Aunque una cosa es ver el resultado en imágenes de las redes sociales y otra hacerlo directamente.

Incluso el párroco, Agustín Fariña, reconocía ayer que no ha visto el resultado final. En las últimas semanas no hubo misa en la iglesia, y todos los actos se llevaron a cabo en la capilla del Buen Suceso. Esta semana, varios entierros. De lo que conoce de antes, prefiere no opinar públicamente, entre otros motivos «porque podería ter influenza» entre los devotos, y prefiere que cada uno saque sus conclusiones. Y espera que no sean pocos. «Canta máis xente acuda á misa, mellor». Añade que «sobre gustos non hai nada escrito». La cita será, como siempre, a las 12.00 del mediodía. Tampoco quiere entrar a valorar el papel de Patrimonio. «Eles fan o seu traballo, e nós o noso», señala.

Precisamente responsables de Patrimonio se desplazaron el vienes, poco antes de las 13.00 horas, a la iglesia, acompañados del arquitecto responsable del proyecto, César Portela. En la visita participó, ya en el tramo final, el exalcalde José Manuel Traba. De manera «casual», explica. «Pasaba por alí, viña do faro, vinos e acompañeinos un momento». Señaló que se limitaron a conversar y a echar un vistazo. Las explicaciones técnicas para todos llegarán dentro de unos días.

Por otra parte, desde el gobierno local, el teniente de alcalde, Xan Carlos Sar, señaló que en breve se reunirán con entidades representativas, especialmente la Xunta de Cofradías, o también la asociación de vecinos, para conocer su opinión. «Temos que escoitar o que nos vaian dicir, queremos que a xente fale», indicó. Por eso, también se muestra cauto con su propia opinión, antes de recabar todos los datos.

Sar lamenta que, tanto en este caso como en los anteriores, no haya habido ningún tipo de consulta a los vecinos, ni de manera individual ni bajo el amparo de las entidades, para conocer sus opiniones. Cree que, de haberse hecho, y de común acuerdo con los técnicos, los resultados podrían haber sido otros. Al hilo de esta cuestión, plantea el compromiso de elaborar un reglamento de participación ciudadana.

Los colores claros que ahora son blanco de las iras ya dieron que hablar hace cinco años, cuando el Cristo, el símbolo de la localidad y uno de los iconos religiosos más importantes de Galicia, regresó de la restauración a la que fue sometido durante ocho meses. Mantuvo la barba dourada, pero la piel parecía mucho más clara, fruto de la exhaustiva limpieza tras varios siglos en los que apenas había sido tocado. Hubo, sí, alguna crítica por los cambios, pero no fueron a mayores, nada que ver con el caleado de los arcos y las cúpulas.