Portela justifica el pintado de Santa María das Areas para darle «calor»

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CEE / LA VOZ

FISTERRA

La iglesia permanece cerrada con el cartel informativo de la obra todavía visible.
La iglesia permanece cerrada con el cartel informativo de la obra todavía visible. josé manuel casal< / span>

El arquitecto entiende que, en un principio, pueda llamar la atención

07 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El arquitecto encargado del proyecto de restauración de la iglesia de Santa María das Areas de Fisterra, César Portela, que ya se ocupó también de la anterior fase de recuperación, defiende el trabajo realizado en base a criterios técnicos e históricos.

Asegura que la decisión de pintar determinados elementos del interior, que ha desatado una oleada de críticas desde diversos frentes locales, obedece a la intención de «darlle cor e calor, de facela máis confortable». Entiende que, en un principio, pueda chocar el aspecto, después de tanto tiempo con la piedra a la vista, pero que esa no es la naturaleza ni del templo ni de todos los de características similares.

«Dende sempre nas igrexas se deixou a pedra de fábrica á vista por fóra, para que cos musgos e os líquens vaia collendo ese ton dourado tan característico e tan bonito, mentres que por dentro se encalaba ou pintaba», detalla el técnico, quien ha realizado algunos de los proyectos más importantes de la historia reciente de Fisterra y se declara unido a la localidad por «un cariño especial».

La elección del color «un verde azulado moi clariño» obedece a la propia denominación que tiene la iglesia. «O seu propio nome o di, Santa María das Areas está moi vinculada co mar e ese ton obedece a cor que ten a auga nas praias de Fisterra e toda a Costa da Morte», añade Portela, quien también aclara que no se empleó en cualquier elemento, sino en aquellos en los que es propio hacerlo. «Os capiteis, os nervios,... todos os elementos que foron feitos para quedar á vista, están en pedra, porque penso que así se lle saca máis partido o labor construtivo que nos deixaron no seu día. A pedra á vista nos interiores é algo moi recente, que non ten que ver coa historia dos templos e eu o que sempre busquei na miña traxectoria, xa bastante longa, é o máximo rigor», continúa.

En cualquier caso, el arquitecto no descarta que «non lle vaia gustar a todo o mundo», pero confía en que la polémica suscitada vaya remitiendo o desaparezca en el momento en que la gente tenga un mayor conocimiento real del resultado. «Ao principio pode chamar a atención, pero pasou o mesmo coa colexiata de Santa María a Maior de Pontevedra, que tiven a honra de restaurar. Custou que a xente se acostumase pero agora está encantada», explica.

De ahí que el arquitecto emplace a los vecinos hacia mediados de mes, que será cuando se reciba la obra, para que puedan verla directamente «estar alí un tempo» y después puedan opinar con mayores elementos de juicio.

Al margen de esta cuestión, Portela destaca el enorme trabajo que se ha hecho en el templo con el encintado exterior, la reparación de la cubierta, la sustitución de elementos deteriorados que, por ejemplo, «facían que a xente tropezase nos chanzos» o con la creación de «correntes de ventilación» para luchar contra la humedad que es el principal enemigo. Sobre todo incide en la tarea para recuperar las vigas, que estaban muy deterioradas por las polillas, así como el resto de la carpintería.

Sin embargo, al menos aparentemente, el malestar en Fisterra no hizo más que crecer en las últimas horas y ya no entre sectores tradicionalmente críticos, sino que son personas íntimamente ligadas a la iglesia de las más que se quejan.

Por su parte, la Dirección Xeral de Patrimonio, de la que depende la obra, tanto por contrato como por su carácter supervisor, hasta el momento y como viene siendo habitual en estos casos, no ha dado respuesta alguna a las preguntas formuladas sobre la restauración.