La muerte brutal de un perro en Fisterra se une a una cadena de envenenamientos

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CEE / LA VOZ

FISTERRA

«Tyson», boxer al que mataron clavándole una horquilla agrícola.
«Tyson», boxer al que mataron clavándole una horquilla agrícola.

Para los vecinos no hay duda de que la autoría de todos los sucesos es la misma

02 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La muerte de Tyson, un boxer de ocho años al que le clavaron una horquilla agrícola con la máxima brutalidad hasta acabar con su vida, ha destapado otros casos de perros que corrieron la misma suerte y en la misma zona.

Aunque no de esta forma tan despiadada, pero hace menos de dos meses, fueron envenenados varios canes, algunos de ellos en Mar de Fóra, y para algunos vecinos, como Plácido Martínez, el propietario de Tyson, no hay duda de que la autoría es la misma.

Martínez, en su caso, acudió al Concello para informar de lo sucedido y ha interpuesto la correspondiente denuncia en el cuartel de la Guardia Civil, aunque con pocas esperanzas de que de ellos se derive un resultado satisfactorio. No hay grandes esperanzas -y en eso coinciden todos- porque tampoco existen pruebas para certificar las fundadas sospechas que tienen en el vecindario.

Pese a las dificultades, este propietario, a quien el animal se le escapó de casa y ya no regresó más, se ha tomado la molestia de llamar a un veterinario y que certificase que el perro, que le dejaron delante de casa después de matarlo a pinchazos, había sido efectivamente atacado con una horquilla. Aún así, sabe que «non hai posibilidade case ningunha» de que los agentes del instituto armado puedan demostrar quien lo hizo y que pague por ello.

Con todo y pese a lo llamativo de este caso, que ha desatado una oleada de indignación, sobre todo a través de las redes sociales, no es el único de los ocurridos en Fisterra últimamente de características similares. De hecho, en el entorno del campo de iglesia, también fue dispersado veneno, según todos los indicios en forma de polvo, y resultaron intoxicados varios animales, algunos de ellos estuvieron varios días al borde de la muerte y enfermos durante semanas.

Problemática extendida

A esto hay que sumar toda la problemática que existe en la localidad con las mascotas, fundamentalmente perros, abandonadas y que ya han dado más de un disgusto. Un fenómeno que obedece fundamentalmente a la llegada de miles de peregrinos cada año, de los cuáles algunos acaban recogiendo animales por el Camino que, una vez llegado a Fisterra, quedan a su suerte, para trastorno del Concello, que no tiene medios específicos para ocuparse de esto y, sobre todo, de los vecinos más afectados de manera directa.

En cualquier caso, este problema, al menos aparentemente, ha descendido en los últimos tiempos. Ahora las complicaciones vienen dados por parte de las mascotas de los propios vecinos y hay incluso casos, como el de un propietario que tiene dos perros grandes que vagan a su suerte muy conocidos en la localidad.

Desde el Concello, según explica el teniente de alcalde, Xan Carlos Sar, para quien el caso del fin de semana pasada «é unha salvaxada que non ten nome», lo que van a hacer es, en la medida de los posible, dotar de contenido la ordenanza de limpieza y cuidado de los espacios públicos que aprobaron hace unos meses.