En el nombre del IBI

Alicia Fernández LA CRIBA

DUMBRÍA

17 oct 2016 . Actualizado a las 22:48 h.

Si usted es propietario de bienes inmuebles en Fisterra o Dumbría, prepárese y apriétese los machos: será uno de los setenta concellos que revisarán su catastro en 2017, lo que significará un fuerte incremento del recibo anual. A mayores se incluirá cualquier construcción (gallinero, cobertizo, porche, etcétera), el precio de la revisión (sin justificación de ningún tipo) y las numerosas sanciones que se imponen (muchas con errores y/o fruto de la inoperancia municipal o de la empresa encargada). Viene curva y se llama «catastrazo».

El impuesto de bienes inmuebles, sobre todo a raíz de la crisis, se ha convertido en una fuente inagotable de ingresos para pagar los mil un dispendios de los municipios españoles; también explotada por el Gobierno central para aliviar las arcas estatales endilgando muchos servicios a los consistorios sin presupuesto.

Y no conviene dejarse engañar por aquello de que se aplica el tipo mínimo (por ejemplo, Carballo, A Laracha o Zas), lo verdaderamente importante es la ponencia de valores, documento base para determinar los valores catastrales sobre los que se aplica ese tipo impositivo. Algo bastante subjetivo (supuesto valor de mercado, coste de ejecución material, antigüedad?), sobre la que cada concello ha de emitir un preceptivo informe (aunque la aprobación le compete a la Gerencia Catastral).

Pero el misterio es que después de diez años de crisis, con valores de mercado que en algunos casos han caído un cincuenta por cien y una mayor antigüedad media de los inmuebles, el valor catastral sigue subiendo. Me lo expliquen.