Convulso y accidentado pleno en Coristanco

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CORISTANCO

Toni Longueira

Una edila de centrista se desmayó y fue trasladada a un centro médico y varios vecinos protestaron contra una escombrera

27 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Polémico, convulso y accidentado pleno el celebrado ayer en Coristanco. El susto lo protagonizó la edila de Terra Galega y responsable del área de Servizos Sociais, Loly Taibo. Cuando había transcurrido media hora de sesión, la concejala se desplomó. Rápidamente acudió en su auxilio un agente de policía, el alcalde, Amancio Lavandeira, y el resto de compañeros de TeGa de partido. Fueron momentos de tensión hasta que Loly Taibo recuperó las consciencia. Aunque poco después volvió a desmayarse cuando era sacada a hombros de la sala. Personal sanitario la trasladó al centro médico carballés. La sesión se paró unos 45 minutos. El regidor explicó que esta indisposición se debió a las secuelas de una operación de oído a la que fue sometida recientemente. El mandatario decretó la suspensión del debate.

Pero eso no fue óbice para que varios asistentes, algunos integrantes de la Plataforma na Defensa da Terra de Coristanco, desplegaran unas hojas contra una empresa de la localidad. «Non queremos escombreiras na Furoca», rezaban los escritos. La situación lejos de tranquilizarse, se complicó por momentos. Alguna asistente soltó, ya con la sesión finalizada, una frase lapidaria: «Se vós non regulades os plenos, farémolo nós». Otros directamente acusaron al ejecutivo de actuar como una dictadura.

En lo que a la sesión plenaria se refiere, Terra Galega salvó los muebles gracias al voto de calidad del alcalde. La ausencia de la edila nacionalista, Laura Mariño, y del concejal del PP, Juan García Velo, permitió al ejecutivo sacar adelante una partida de 9.229 euros para el pago de ocho ordenadores, presupuesto que cuenta, según la oposición con el reparo de intervención. PP y PSOE volvieron a aliarse para votar en contra.

También hubo polémica por el pago, por parte del Ayuntamiento de una multa por exceso de velocidad por parte de un empleado municipal. El Concello abonó la sanción de 100 euros «en aras do interese xeral», algo que indignó especialmente al edil del PSOE, Abraham Gerpe.