La sequía reduce en un 30 % la cosecha de patata

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CORISTANCO

José Manuel Casal

Los tubérculos de Coristanco ya se pagan a 80 céntimos el kilo y es posible que suban más por la escasez

05 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Manuel y Ana plantaron su segunda cosecha de patatas, la tardía, el 9 de mayo y ayer recogían una parte de ella, en una finca de 2,5 ferrados, con la ayuda de ocho familiares. Allí tenía que haber 1.200 kilos, que es el rendimiento medio de un terreno de secano como el del lugar de Carantos, pero había un 30 % menos. En casi todas las fincas de Bergantiños ha sido así. La sequía se ha llevado buena parte de la producción. Manuel Verde calculaba ayer que hubo tiempo seco desde la siembra hasta mediados de agosto. A partir de ahí no paró de caer agua. Ayer la finca olía a tierra mojada, lo que hará más trabajosa la labor del matrimonio de Carantos y de su familia, porque tendrán que emplearse más a fondo en el cepillado de los tubérculos, tratamiento que se aplica manualmente y que permite vender la patata a 80 céntimos el kilo, mucho más cara que en otros lugares de Galicia de mucha producción, como es el caso de Xinzo de Limia o Vilalba, donde el certificado de calidad Pataca de Galicia supone un incremento en el precio, bastante bajo por la mecanización.

En Coristanco, que se prepara para su anual Festa da Pataca, el mercado es local. Los Verde Amado no se dedican a tiempo completo a la agricultura, pero la patata supone un sobresueldo importante. La comercializan en las ferias locales, sobre todo en la de Paiosaco, y a clientes escogidos. A 80 céntimos el kilo es lo que cotizan actualmente, aunque el jueves se podía encontrar a 60 en el mercado de Carballo, donde, como ocurre en A Laracha, hay que diferenciar muy bien las Kennebec de la zona de las procedentes de otros puntos de España.

Es una de las quejas de los productores bergantiñáns, muchos de los cuales solo venden sus excedentes. En Coristanco, dice Manuel Verde, no hay nadie que no haga eso o que no tenga un pequeño terreno en el que plantar unas patatas. En esta zona auguran un aumento del precio en las próximas semanas, con la plena campaña, sobre todo a causa de la escasez. Ayer, a pie de finca, los recolectores confiaban en que la merma de la producción se vea compensada por el incremento del precio. De momento parece que será así, aunque todavía es pronto. Falta que todo el producto llegue al mercado.