Corcubión, al igual que Cee, le retira a Franco el título de alcalde honorario

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CORCUBIÓN

El resto de municipios mantienen una distinción genérica que viene del año 1939

20 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El pleno de Corcubión acordó ayer por la tarde, a propuesta del BNG y con abstención del PP, retirarle al título de alcalde honorario de la localidad al dictador Francisco Franco Bahamonde, que tenía tal condición en todos los concellos de la provincia desde finales del año 1939. Por aquel entonces y, a propuesta del Gobierno Civil de la época -con lo que eso implicaba en cuanto a obligatoriedad para los ayuntamientos- le otorgaron esa distinción. En este caso concreto, el libro de actas de junio de 1939 recoge: «A propuesta del Sr. Alcalde y puesta en pie la Corporación, se acuerda por unanimidad nombrar Alcalde Honorario de la misma al Excmo. Sr. Don Francisco Franco Bahamonde, Jefe del Estado Español, y que de este acuerdo se libre certificación y remita al Excmo. Sr. Gobernador de la Provincia con el ruego de que la haga llegar a manos de su Excelencia el Generalísimo. Siendo el expresado el único objeto de convocatoria se levanta la sesión».

En agosto del año siguiente, durante una visita de Franco al pazo de Meirás, como explica el historiador Luis Lamela, le fue entregada al dictador una bandeja de plata en la que se daba cuenta de este reconocimiento.

Aunque hay otros municipios en la provincia que le han retirado el título, Corcubión es el segundo de la Costa da Morte que lleva a cabo este proceso, después de Cee. En septiembre del 2011, a raíz de un trabajo del bibliotecario municipal José Ramón Rey, que localizó la documentación al respecto, el pleno municipal desposeyó por aclamación al dictador de este honor.

Ahora en Corcubión, y sobre la base de la Ley de Memoria Histórica del 2007, el BNG instó la condena de la dictadura, la retirada del título y el compromiso para que «nun prazo razoable de tempo» se eliminen todos los vestigios de la dictadura que permanecen en la localidad.

Para Lamela es simplemente una cuestión de «compromiso democrático», que el resto de concellos hagan lo mismo. De lo contrario solo quedará interponer denuncias al respecto.