El alma del Castrelo sigue hasta los 47

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CORCUBIÓN

SANTI GARRIDO

Capitán y tesorero del conjunto vimiancés, es secretario de la asociación de empresarios y fue presidente de las fiestas de Santa Filomena. Es el futbolista más veterano de la zona en la Costa

26 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

EL Castrelo, un equipo de la Tercera Autonómica de la Costa, reúne al menos dos circunstancias excepcionales. Una, el hecho en sí de estar compitiendo, siendo como es una parroquia pequeña, de poco más de 250 habitantes. Lleva cuatro años en liza y resiste entre los principales equipos de la comarca. En su categoría son diez (nueve, la temporada pasada) y ahí están, en mitad de la tabla, lejos del poderío de otros como el Muxía, pero haciendo un buen papel. La segunda excepcionalidad es la de su capitán, Luis Roget Pérez, que además es tesorero en la junta directiva. Tiene 46 años y es titular casi indiscutible: de los 10 partidos disputados ha jugado ocho completos y los otros dos entró de suplente.

A su edad es el mayor de la Costa. Pero eso es una novedad relativa, porque ya lo era la temporada pasada. Esa en la que dijo que no tenía pensado continuar. Pero el fútbol es como es, físicamente se siente de maravilla, y al final ahí está, al borde de los 47 y a un gran nivel. Llegará a esa edad dentro de solo cuatro meses, en plena competición, y eso lo convertirá en el más veterano en activo en los últimos tiempos, superando por tanto al que fue alcalde de Corcubión, Chisco Lema, que lo dejó hace cinco años, con 46, y al portero José Carlos, con los mismos años. Hasta hace poco tenía un coetáneo en la zona, Juan Carlos Mariño Pereiro, portero que acaba de dejar el Club do Mar para fichar por el Sada, en la Preferente Norte.

Roget no es portero, pero las demás posiciones las ha tocado casi todas. Pudiera pensarse que, por su veteranía, juega atrás, pero la verdad es que lo hace ligeramente adelantado de la defensa de cuatro. «Chegaron este ano uns centrais moi bos e por iso estou algo máis adiantado», señala, visión de juego, forma y experiencia se lo permiten. Y los demás le respetan. Al siguiente sobre el terreno de juego le saca diez años. Resulta que además es su hermano Félix, que con 36 ya no es precisamente un chaval. También es mayor que el entrenador y que el presidente: unos 20 años más que cada uno.

Los trienios, sin embargo, parece que no le pesan. Nunca ha tenido una lesión seria. Por citar, el pasado verano se rompió una mano. Y hace tiempo, en un encontronazo en un salto se fracturó la nariz. Pero nada grave. Fue cuando jugaba con los veteranos. Y no es una errata: estuvo con el Soneira en esa categoría once años. Y a los 41 dio el salto a una liga regular federada, la Tercera de la Costa, coincidiendo con el nacimiento del Castrelo, parroquia a la que él está muy vinculado, pese a ser de la de al lado, Cambeda, pero justo de la zona que tiene más relación, Caxadas y su entorno.

Lo más parecido en lo que había militado eran los juveniles del Soneira, de chaval, pero lo dejó para estudiar Económicas. Es esta, sin duda, una tercera excepcionalidad, justo el camino contrario del que recorren la inmensa mayoría de los futbolistas.

Luis explica que le gusta cuidarse. Practica mucho deporte, todo el que puede. En vacaciones le da al futbito, el pádel, el tenis... Es riguroso en los entrenamientos. Y también tiene suerte. Este año, además, se le ve ilusionado. «Temos que ir pouco a pouco, pero este ano demos un salto importante. Fichamos xente boa. Ningún que non sexa o Muxía é superior a nós. Outros anos metíannos cinco ou seis, pero agora non pasan de dous», explica. Un equipo ascenderá directamente y cuatro promocionarán. Aspira a estar en ese grupo. Y a ver qué pasa. «Se subimos, non o deixo. Se non subimos, si, acabouse. Faríame ilusión xogar na Liga da Costa. E se non ascendemos, pois acabouse». Ya se verá. Pero si tienen esa suerte, acabaría su carrera con 48 años, más insólito aún que su posición actual.

Claro que hay vida más allá del fútbol. La suya es su academia, con numerosos cursos de todo tipo. Y la asociación de empresarios, de la que es secretario, muy inactiva últimamente. O incluso las fiestas de Santa Filomena de San Fins de Cambeda, de las que era presidente y pararon por cuestiones familiares, pero podrían retomarse. Una vida sin descanso.

JORGE PARRI