Más puestos, mayor asistencia y derroche de espectáculos para desafiar a la fina lluvia en el inicio de las celebraciones
23 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.José Ramón Piñeiro, el presidente de la asociación organizadora se mostraba convencido ayer por la tarde, cuando apenas se atisbaba gente en el Mercado Medieval Costa da Morte, de que este va a ser un año para recordar y todo indica que habrá que acabar dándole la razón.
Si a las 19.00 horas la villa lucía aún bastante desangelada, al filo de las diez de la noche cuando la gente se preparaba ya para asistir al Desembarco ?esta vez en la playa del centro del pueblo y con protagonismo local (ver página 35)? Corcubión era un auténtico hervidero, con un arranque de celebraciones que hace presagiar el mejor de los resultados.
Todavía con pocos vestidos de época, ya que los corcubioneses guardan las galas para hoy y mañana, domingo, llamaba especialmente la atención la fuerte presencia de turistas: ingleses, alemanes, italianos,... e incluso coreanos. Si el campo de la iglesia parecía una escuela de malabaristas y acróbatas de la Praza Castelao surgía la música, que se iba diseminando como un gran río por todas las calles del casco histórico. Títeres, teatro e incluso bailarinas orientales, cada rincón tenía su espectáculo de nivel, aunque, eso sí, todo parecía quedarse pequeño con la escenificación que puso Troula sobre la arena de la playa, donde el fuego y el retumbar de los tambores, con un impresionante despliegue de sonido, parecía llenar ya no solo el pueblo sino toda la ría de Fisterra a Carnota.
A juzgar por el aspecto de la gente, a la que le faltaban manos para sostener platos, vasos y bolsas con alguna que otra compra, los comerciantes, de los que se han dado cita más de un centenar, tampoco podrán quejarse, más cuando esto acaba de empezar.