La batalla contra el arrastre se desinfla y queda casi limitada a Corcubión

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CORCUBIÓN

jorge parri

La marcha de ayer tuvo el seguimiento más bajo de las convocadas hasta la fecha

05 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Prácticamente más políticos que marineros. Ese fue el triste balance de la marcha de ayer entre Corcubión y Cee para exigir que se alejen los arrastreros de la costa, según reconocieron los propios organizadores.

No acudió ningún patrón mayor a excepción del corcubionés José Domínguez, que está al frente de estas protestas, y que ve esas ausencias como un bochornoso sometimiento ante la Xunta. «¿Por qué non están aquí os presidentes das federacións? ¿Quen lles paga?», se preguntaba Domínguez, que tomó la palabra junto a la eurodiputada del BNG, Ana Miranda, y el parlamentario autonómico de AGE, Juan Fajardo.

Todos incidieron en lo que consideran las claves de esta batalla: el carácter insostenible del arrastre y la posibilidad de «triplicar ou incluso cuadruplicar os postos de traballo na pesca artesanal» si se lleva a cabo la solicitada medida de separar a los arrastreros, «que son como a desbrozadora no monte», 12 millas de la costa.

Al margen de esta postura común y que llevan defendiendo sobre todo desde la cofradía de Corcubión desde hace años, Domínguez puso el acento en la manera en la que se utilizan los fondos europeos que deberían ir destinados a la pesca artesanal, sobre todo a través de los GALP. «A min danme unha axuda se quero deixar o mar e por un restaurante ou unha pensión. Despois éncheselle a boca ao dicir que pelexan pola pesca de calidade. ¿Pero qué peixe imos promocionar e vender se non o temos?», se pregunta el armador, que dice que la situación es la misma que construir guarderías sin haber niños.