Los grandes proyectos industriales de la Costa da Morte, condenados al fracaso

s. g. rial / t. longueira CARBALLO / LA VOZ

CERCEDA

J. M. CASAL

El cierre de Meirama es la puntilla a la falta de planificación empresarial comarcal

18 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Mientras en otras comarcas de Galicia y de España suele haber manifestaciones para que los proyectos industriales sigan adelante, aquí ha ocurrido varias veces lo contrario: las movilizaciones son para que no nazcan determinadas iniciativas, desde las del plan acuícola hasta la reactivación minera en Corcoesto. Como señaló hace un tiempo el alcalde de Cabana en Radio Voz, con los criterios actuales de quienes se oponen a cualquier actuación, no podrían haberse desarrollado ni de lejos empresas como Ferroatlántica, por ejemplo, cuyo futuro también está en entredicho. Y puede que algunos se estén planteando ahora si la oferta de la empresa por la venta de las centrales, de cumplirse, garantizaría o no el mantenimiento de los empleos.

El caso de la térmica de Meirama es un paso más en este proceso de desmantelamiento o falta de iniciativa de actuaciones industriales de gran valor añadido. Y es más lamentable aún si se tiene en cuenta que ya en el 2010, hace nueve años, en el Concello de Cerceda ya alertaban de la necesidad de tomar medidas para evitar los efectos futuros de la nueva legislación limitadora del carbón. En este tiempo no se ha hecho casi nada, y las consecuencias están a la vista.

El Concello de Cerceda dejará de recibir 1,3 millones en impuestos

El cierre de la central térmica de Meirama no solo afectará al empleo directo e indirecto (150 trabajadores), sino a varias empresas auxiliares de la comarca de Ordes que trabajan de forma habitual con Naturgy. También dejara secuelas graves en sectores auxiliares, como la hostelería o el transporte.

Pero este cese de actividad también afectará, y mucho, al Concello de Cerceda. El alcalde, José García Liñares, cifró las pérdidas para las arcas municipales en 1,3 millones de euros en concepto de ingresos vía impuestos, especialmente IBI, y otros convenios.

Naturgy dejará de operar en Meirama en junio del 2020 por lo que, a juicio del regidor, este año, cuyo presupuesto no ha sido aprobado, se incluirán estos 1,3 millones de euros. Con respecto al ejercicio 2020, «é posible que o Concello poida ingresar, polo menos, a metade, xa que o peche está previsto para xuño de 2020», apuntó Liñares. Otra cuestión es lo que vaya a pasar a partir del 2021: «Iso será unha cuestión que terá que resolver a corporación que entre en maio deste ano», dijo el alcalde.

Lo que sí es evidente es que la planta térmica de Meirama supone una bombona de oxígeno para las cuentas públicas municipales, sobre todo desde la liquidación del Plan Miner por parte del PP en Madrid. Y es que en el presupuesto municipal vigente, correspondiente al 2018, los ingresos para las arcas municipales representan el 13 % del total de lo que recauda el Concello.

PP y BNG

El portavoz del PP y candidato a la alcaldía de Cerceda, José Francisco Santos Regueiro, tiene claro que ese tijeretazo en forma de ingresos afectará básicamente al capítulo «de investimentos». El edil popular argumentó sus palabras: «Hai servizos públicos, sociais e infraestruturas que manter e un persoal municipal ao que hai que pagarlle as nóminas e eses gastos seguirán estando aí. Haberá que buscar novas fontes de financiamento, pero, de non conseguilas, o investimento será a partida máis afectada por estes recortes orzamentarios».

Por su parte, la portavoz del BNG, Rocío da Igrexa, lamentó que el equipo de gobierno no haya tomado decisiones al respecto «cando comezou o ruxe ruxe sobre o peche de Meirama». Cree que, junto con la pérdida de población, «se aveciñan anos complicados para un Concello que chegou ter 32 millóns de orzamento e agora haberá que manter obras e infraestruturas feitas en épocas de vacas gordas cun orzamento moi minorado».

Los trenes perdidos 

El tren. Fue la primera derrota: un proyecto de conexión comarcal que debería estructurar la Costa da Morte se quedó en nada.

Plan acuícola. Cosechó muchas protestas. Algunas legítimas, como la de acabar con puntos de gran interés natural, como Touriñán. Pero otras no afectaban tanto al entorno.

Minería. No es solo Corcoesto: varios proyectos relevantes no han salido adelante, sobre todo, por las protestas. La clave es que en la actualidad los requisitos medioambientales y legales son muy rigurosos, nada que ver con lo tiempos en los que las explotaciones era abundantes en la zona. No son un ejemplo a seguir por la falta de garantías, pero permitieron a miles de vecinos salir adelante.

Fábrica de tubos de Cee. Era una opción para aprovechar la nueva capacidad del puerto de Brens, cuya ampliación fue tantos años demandada por todos los grupos. Lo paradójico es que solo sirve a Ferroatlántica, con el futuro en solfa. Ni siquiera se ha realizado la conexión de alta capacidad. Con el desguace de barcos pasó lo mismo: rechazo casi unánime.

Batata. Iba a crear 1.600 empleos, decían los promotores. No salió adelante, pero también hubo rechazo.

Biomasa. En el año 2012, Ence anunciaba que podría haber una planta en la zona. Ese mismo año, Fenosa prometía otra en Cerceda de cara al 2012.

Criadero de almejas. De menor entidad, previsto para Camariñas como alternativa marisquera. Nada, de momento.

Puertos deportivos. No es exactamente industrial, pero generaría mucha actividad. Solo salió el de Muxía.

Polígonos y eólicos, en marcha

No todo es negativo para el empleo industrial. Algunos polígonos industriales han crecido mucho, como el de Carballo, atrayendo a empresas de relevancia, al igual que el de A Laracha lo ha hecho con Inditex, el de Vimianzo con Estrella Galicia o el de Cee con Mercadona, entre otros. Pero si en algo destaca la Costa da Morte desde hace más de 30 años es en la energía eólica, como pionero nacional. Este año habrá obras en varios parques, tercera gran oleada. Fue una pena que en otras partes de Galicia (en Ferrolterra, As Somozas) tomaran la iniciativa a la hora de crear empresas vinculadas, y con futuro. En la Costa da Morte también destaca la conserva. Calvo se amplía: siempre es una buena noticia.