Los carballeses acumulan la friolera de 16 jornadas sin perder
17 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El presidente del Bergantiños, Luciano Calvo Pumpido, lo tuvo claro el día de la presentación del primer equipo: «El objetivo este año es finalizar entre los cuatro primeros». Parecía un órdago a una plantilla que siempre arranca las temporadas con elevadas expectativas, que luego se diluyen en el terreno de juego.
El Bergantiños es un histórico. Un club hecho para grandes retos, en la que es la undécima ciudad más importante de Galicia en volumen de población. Pero siempre miró con cierto complejo a su gran rival en la comarca: el Cerceda, un elenco que casi todos los años se mete en la liguilla de ascenso a Segunda B.
La directiva del Bergantiños no escatima esfuerzos para completar un plantel que aspire a todo. Y este año no fue menos: diez nuevas incorporaciones. Pero el equipo, como venía sucediendo en las últimas campañas, anduvo flojo en la primera vuelta. Los resultados no acompañaban y la decepción en la hinchada iba a más con el paso de las jornadas. Se temía más tener que mirar para abajo que para arriba. Y así fue hasta diciembre. El cuadro rojillo acumulaba hace cuatro meses 8 derrotas en 18 partidos. Por aquel entonces estaba a 11 puntos del cuarto puesto. Parecía una quimera lograr el objetivo propuesto por el presidente.
Pero se obró el milagro. Tras la derrota por la mínima en Roxo do Piñeiro (1-0) el cuadro carballés resurgió. Y lo hizo a lo grande. Poco a poco, pero de forma segura. De aquella derrota del 11 de diciembre se pasó a 16 jornadas sin perder, con dos rachas importantes casi consecutivas de cinco y tres victorias seguidas. Los de Miguel Figueira firmaron en apenas cuatro meses 22 goles a favor y solo siete en contra y sumaron los nueve últimos puntos en litigio y contra rivales de enjundia: Arousa (0-1), Ordes (2-0) y Vilalonga (0-1). Los de As Eiroas son cuartos en la tabla con 60 puntos, uno más que el Arousa y Vilalbés y cuatro menos que sus predecesores: Cerceda y Rápido de Bouzas. El equipo juega bien y lo más importante, sabe competir. Esta última jornada fue un claro ejemplo de esa transformación. Pese a la presión de saber que el Arousa y el Vilalbés habían solventado de forma favorable sus respectivos encuentros, los de Figueira sacaron en Sanxenxo el mono de trabajo y con oficio y buen fútbol lograron los tres puntos en litigio.
Pero este resurgir tiene un pequeño inconveniente: el calendario que le resta al Bergantiños antes del cierre de la liga. Un verdadero Tourmalet: cuatro jornadas en las que se enfrentará a dos verdaderos cocos de la categoría. Empezando este próximo fin de semana con la visita del segundo clasificado, el Rápido de Bouzas. Los carballeses viajarán después a Redondela para enfrentarse al Choco, equipo que se encuentra en tierra de nadie. En la penúltima jornada habrá duelo comarcal en Carballo con la visita del Cerceda de José Luis Lemos. La temporada echará el cierre con la visita del Bergantiños al Jesús García Calvo de Negreira. Doce puntos en litigio y cinco equipos para tres plazas, toda vez que el Deportivo B parece tener asegurada su presencia en la próxima fase de ascenso a Segunda B.