Miles de inmuebles sin declarar afloran con la revisión catastral

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CEE / LA VOZ

CERCEDA

Vista del casco urbano de Carballo, la mayor concentración urbana de la Costa da Morte.
Vista del casco urbano de Carballo, la mayor concentración urbana de la Costa da Morte. j. m. casal

Son propiedades que ahora pasarán a pagar los correspondientes impuestos

04 may 2016 . Actualizado a las 07:46 h.

Las regularizaciones catastrales que lleva a cabo de oficio la Administración en los concellos de la zona, al igual que en el resto del país, han hecho aflorar un gran número de inmuebles de todo tipo, que hasta el momento estaban sin declarar, y, por lo tanto, no pagaban los correspondientes impuestos.

Resulta muy complicado dar una cifra concreta, porque los procesos no se llevan a cabo de manera conjunta en todos los sitios, sino que van por fases y, además, tampoco todos los concellos cuentan con datos actualizados. Eso sí, son, sin ningún género de dudas, varios miles entre las comarcas de Bergantiños, Soneira y Fisterra.

Por poner dos ejemplos, y además bien diferenciados por sus dimensiones y características, en la última regularización en Corcubión se sumaron unos 70 inmuebles, mientras que en Vimianzo hubo sobre 600 nuevas altas, según explican desde los respectivos concellos.

Entre los municipios de Bergantiños que sí tienen una valoración más o menos fiable del número de inmuebles sin estar dados de alta en el Catastro se encuentran Cerceda, Cabana, Coristanco y Ponteceso. Entre los cuatro suman 6.300 galpones, alpendres, naves, viviendas y otros inmuebles sin catalogar o sin actualizar hasta que se llevó a cabo la actualización. En el Concello coristanqués, según apuntó el alcalde, Amancio Lavandeira, rondan los 2.200 y en Ponteceso, 2.031, indicó Lois García Carballido.

En Malpica no hay datos sobre la cifra de inmuebles sin regularizar, pero sí el valor conjunto, que ronda los 38 millones de euros, lo que ha permitido, como apuntó en su momento el mandatario, Eduardo Parga Veiga, rebajar el tipo de gravamen del IBI urbano del 0,6 al 0,4932. Esta decisión, ratificada posteriormente por la corporación en un polémico pleno celebrado en noviembre, vino motivada por la flexibilidad del real decreto, que permite a los ayuntamientos que cumplan con una serie de requisitos fiscales, rebajar la contribución. «Podemos facelo porque somos máis veciños a contribuír sen que iso afecte á recadación total por IBI», justificó en su día el alcalde cuando se le abordó por esta cuestión.

En Cabana, el número de inmuebles sin regularizar ronda el millar. El alcalde, José Muíño, comentó que de este total, «uns douscentos son incidencias leves e os restantes oitocentos, graves». A falta de confirmación oficial por parte del departamento de Intervención, esta actualización supondrá un aumento de los ingresos de en torno a unos 400.000 euros al año.

En todo caso, los regidores de la comarca de Bergantiños y del Concello de Cerceda señalaron que se trata de datos provisionales y apuntaron que esta regularización catastral será medible «no ano 2017».

Después, los plazos también varían mucho, porque mientras en algunos municipios hubo procesos de regularización recientes en Muxía, por ejemplo, datan de hace un lustro y en Carballo el último que recuerdan es del 2008, con lo que habrá que esperar a que se concreten los que ahora están en marcha para contar con una cifra definitiva. De hecho, son varios los alcaldes que están a la expectativa de estos datos y algunos, como el de Zas, tienen pedidas entrevistas con representantes de la Administración para conocer cuestiones concretas, como las de las instalaciones agrarias.