El centro de I+D+i de Cerceda continúa cerrado a los 7 años de su presentación

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CERCEDA

JOSE MANUEL CASAL

La maqueta del edificio, inaugurado en el 2011, fue presentada tal día como hoy

06 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Iba a ser el gran centro de referencia en el ámbito de la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i) de Cerceda, aprovechando la ubicación estratégica del Concello, a mitad de camino entre Ordes y A Coruña y relativamente cerca de Santiago.

Para redondear este panorama optimista, Cerceda contaba con un polígono en expansión, O Acevedo, en el que se asienta un importante tejido productivo. Además, Sogama, la central térmica de Meirama y Cesuga ejercían de tridente en lo que a generación de empleo y riqueza se refiere.

Con esas premisas, el ejecutivo local, que dirige el socialista José García Liñares, planteó la construcción del Centro de Desenvolvemento Tecnolóxico, que se ubicaría en las proximidades del jardín botánico para minimizar de alguna forma el impacto sobre el entorno. La maqueta del futuro recinto fue presentada en sociedad tal día como hoy hace siete años. Se trataba de un plan muy ambicioso. Con un coste aproximado de tres millones (más otro adicional para equipamientos y mobiliario), las instalaciones estarían dotadas de las tecnologías más modernas en materia de eficiencia energética y domótica, con la incorporación placas solares y aerogeneradores helicoidales. El edifico albergaría dos laboratorios de investigación, ubicados en la segunda planta, varios espacios dedicados a la formación, con tres aulas, un salón de actos y una sala de estudios, un taller y un aparcamiento en el sótano. En la planta baja estaría todo lo relacionado con la recepción de visitas y la gestión del centro.

Este proyecto fue uno de los primeros en ser incluidos en el ya caducado Plan Miner. Su inauguración estaba prevista inicialmente para el 2010, aunque va a cumplirse un lustro desde su puesta en marcha. Por aquel entonces solo quedaba la dotación de un millón de euros para hacer los dos laboratorios y el mobiliario. Pero la puesta en marcha del recinto no fue la esperada, ni la deseada.

El primer revés fue la denegación de la Xunta, en hasta dos ocasiones, de la ayuda para financiar el equipamiento. Corría el año 2011, uno de los más duros en esta ya larga travesía por el desierto de la crisis. Ninguna empresa quería saber nada de este centro de I+D+i, pese a los esfuerzos del alcalde, José García Liñares, por externalizar su gestión. El recinto fue sacado a concurso público para su alquiler en dos ocasiones, pero quedó desierto por la falta de ofertas.

Posteriormente, según el regidor, hubo cierto interés por algún departamento universitario para destinarlo a investigación, iniciativa que tampoco llegó a cuajar. Hubo algún leve interés por algunas empresas, que no llegó a fructificar. El ejecutivo local se planteó realizar cursos formativos, pero la realidad es que siete años después de la presentación de la maqueta, el Centro de Desenvolvemento Tecnolóxico sigue sin estar ocupado y sin actividad. Y lo que es peor, no hay visos de que la situación se reconduzca a corto y medio plazo.