El censo de electores en la comarca se desploma y en el exterior crece sin descanso

Santiago Garrido Rial
S. G. Rial CARBALLO / LA VOZ

CERCEDA

La crisis demográfica tendrá su reflejo en las elecciones del 20-D: nunca tan pocos vecinos fueron llamados a votar

25 nov 2015 . Actualizado a las 10:55 h.

La crisis demográfica que sufre la Costa da Morte desde hace años (la más severa de las comarcas gallegas costeras, y probablemente en el triste grupo de cabeza de todas en conjunto) tiene su reflejo en el censo de electores que están llamados a votar el próximo día 20 de diciembre: será el más bajo de la historia comarcal. En concreto, 97.567 personas entre los municipios de Bergantiños, Soneira y Fisterra, además de Cerceda. Hasta abril del año pasado, cuando se cerró el censo para los comicios europeos, nunca habían descendido de las 100.000, pero ese mes ya rozó, por muy poco, los 99.000. No hay más que observar las cifras globales año tras año para constatar que la caída se cuenta en algunos ejercicios por más de un millar.

No obstante, la comparación real ha de buscarse justo en la anterior cita electoral equivalente, la de las elecciones al Congreso y el Senado, que fue el 20 de noviembre del 2011. En esa ocasión, los potenciales votantes sumaban 100.966 (la participación suele rondar el 70 % de media), por lo que el bajón en esta legislatura ha sido de 3.399 personas. Lo más curioso es que, con respecto a los comicios anteriores, los del 2008, la diferencia había sido solo de 755 de diferencia negativa, por lo que el desplome se ha producido especialmente en estos últimos cuatro años. Por dos razones: la correlación directa con la caída de la población, pero también la brecha que provoca un saldo demográfico siempre negativo, lo que además envejece la población, así que cada vez hay menos jóvenes que alimenten el censo.

Más éxodos

Con los potenciales votantes en el extranjero ha pasado justo lo contrario, una tendencia bien conocida, pero se ha acentuado. Ha dejado de tener efectos prácticos desde que se trata de un voto rogado, con la libertad de antaño, que podía poner y sacar gobiernos locales. Pero es una radiografía de cómo se mueve la población de una zona determinada. Y en la Costa da Morte, comarca emigrante históricamente en la que se han visto de nuevo las señas de siempre, con nuevos éxodos y pocos retornos, eso se nota. Hace ya tiempo (tres años y medio) que se superó la barrera de los 30.000 emigrantes con derecho a voto en el exterior, y ahora la flecha sigue hacia arriba: 32.489. Cien más, por ejemplo, que el municipio de Carballo en su conjunto. Con respecto a hace cuatro años, 3.166 más. Casi se gana tanto como se pierde, o al revés, pero ambos flujos no van a parar.

El descenso de votantes se ha acelerado en los últimos cuatro años