Padre e hijo ceenses explican su particular idilio con el ciclismo surgido de la cita que organiza La Voz. Este próximo domingo, una nueva edición
20 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.La historia del padre que tiene una afición y trata de inculcársela a su hijo en casa de los Canosa Lojo la han vivido justo al revés. «É curioso porque comezou el antes ca min. Foi cunha amiga e máis con súa nai ao Día da Bicicleta do 2011 e acabou arrastrándome a min, porque comecei a andar en bicicleta e, dende aquela, non nos perdemos nin unha soa edición», explica José María Canosa Gosende, que tiene 41 años y realmente se lo ha tomado en serio. De hecho, incluso forma parte del Club Ciclista de Cee, aunque reconoce que en los dos últimos años, por motivos laborales, no ha tenido demasiado tiempo para participar en sus actividades.
«Desde que empecei a andar na bici -bueno, claro, xa andara de pequeno como todos- e despois a correr a min cambioume a vida, no traballo e en todo», señala José María, que tuvo la ocasión de hacer con sus compañeros del club el Camino de Tui a Compostela. «Non bebín tanta auga en toda a miña vida, uns 12 litros de líquido contei, porque aínda que íamos en plan relaxado foron 120 quilómetros das dez da mañá as dez da noite e con 40 grados aí polas doce-unha cando pasamos por Pontevedra», detalla.
La bicicleta también le ha dado ocasión de conocer lugares especialmente bonitos de la zona, como la Pedra Cabalgada de O Logoso, las Caldeiras do Castro (Muxía), distintos tramos del Camino y la «Virxe da Romaxe entre Mazaricos e Carnota, a onde non fora nunca e a primeira vez leváronme en bicicleta».
Por todo ello, es ya un convencido de este deporte y un fijo en la cita del domingo.
El regalo que a Andrea no le hizo demasiada ilusión entusiasmó a su hermano Samuel
Samuel Canosa Lojo, responde con timidez que tiene 13 años, pero se suelta bastante más al hablar de sus inicios con la bicicleta, cuando «tenía seis o siete años», no lo recuerda con exactitud. Su padre detalla que fue una situación curiosa «no campo da festa de Brens, porque súa nai non lle deixaba andar sen rodíns. Colleu a bicicleta dun primo e díxolle: ‘mami, mira’. E dende aquela».
A quien no le tiró tanto el mundillo de las dos ruedas fue a su hermana Andrea, que ahora tiene ya 16 años, y apenas tocó la bicicleta que le regalaron. De hecho, enseguida se apropió de ella Samuel. Con algunos retoques en cuanto a las pegatinas y la decoración «y los cambios nuevos», como apunta él, pasó a ser ya su bicicleta, con la que se divierte y mucho desde hace ya tiempo. De hecho, la ha utilizado en más de una ocasión en citas como la que organizan para este domingo La Voz de Galicia y Radio Voz, que sale a las 11.00 horas del Centro Comercial Finisterrae, aunque hay que estar allí media hora antes y con el casco para poder participar.
Sin embargo, no será el caso de este año, porque Samuel participará -de momento es la ruta más larga que le permiten a su edad- con la flamante Mérida -una conocida marca, en BTT de gama media- de su padre, que ha rescatado para sí otra montura antigua del Decatlhon.