El Concello de Cee tendrá que poner dinero para abrir la piscina a través de una empresa

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CEE

Los ediles, reunidos ayer en comisión, optaron por la gestión interesada como única fórmula posible

23 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Concello de Cee, que antes del conflicto con la empresa concesionaria tenía una piscina que se mantenía sola e incluso le reportaba un canon -al final ya no se lo pagaron-, es ya un secreto a voces que tendrá que poner dinero propio para abrir de nuevo las instalaciones. Cuánto es una duda que todavía no quedó despejada en la comisión de ayer, en la que los ediles, con la única abstención del BNG, acordaron decantarse por el modelo de gestión interesada, como el único viable en estos momentos.

Para el alcalde, Ramón Vigo, ni siquiera se puede dar por hecho que les vaya a tocar pagar, porque con esta fórmula se establece un punto de equilibrio en base al número de usuarios, a partir del cual, en lugar de desembolsar fondos al Concello le correspondería recibirlos de parte de la empresa que resulte elegida.

Los informes de los que disponen hasta el momento varían y ponen el listón entre los 800 y los 1.200 usuarios, que es la cifra citada en el último documento de viabilidad encargado por el alcalde, que fija en 1.950 los clientes potenciales, pese a no tener en cuenta algunos de los concellos del área de influencia.

Dado que en ningún momento la piscina llegó a esos niveles de ocupación, parece evidente que tampoco va a hacerlo ahora, al menos en el primer año, con lo que tomando como base unos 860 usuarios al Concello le tocaría poner del orden de los 100.000 euros al año (hay algunas divergencias de interpretación respecto a los impuestos que incluso incrementarían esa cuantía), contando con que la piscina genera por sí misma otros 300.000.

Como resulta lógico, este es el dato del que querían escapar ayer los miembros de la corporación porque, como dice Vigo, les da «cierto prurito» y, sobre todo, porque va a resultar muy difícil de explicar políticamente que un servicio que antes mantenían los usuarios ahora vaya a generar tal cantidad de déficit.

Además, por este motivo, entre otros, se rechazó de plano la concesión propiamente dicha, al igual que la gestión directa que quería el BNG. Según explica el alcalde, nadie veía con buenos ojos -pese a que el PP en principio optaba por la concesión- eso de subvencionar a una empresa para que gestionase la piscina. Además, existen normas comunitarias que ponen en entredicho que sea legal.

En cualquier caso, ahora son las técnicas municipales las que tienen que empezar a trabajar en la confección de los pliegos para ir a esa gestión interesada, el modelo propuesto por el PSOE en el que el Concello cuenta con una empresa pero mantiene cierto control. En una próxima comisión los concejales definirán los criterios definitivos y Vigo afirma que en los primeros 15 días del mes que viene convocará un pleno extraordinario para «desatascar» el asunto que considera ya «enquistado» desde hace demasiado tiempo.