Oliete, una vida «por e para» la empresa Ferroatlántica

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CEE / LA VOZ

CEE

JORGE PARRI

El veterano director de las fábricas de Cee y Dumbría se jubila después de 45 años de trabajo en la comarca

30 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hijo del teniente general Carlos Oliete Sánchez, el 86.º director general de la Guardia Civil, Carlos Oliete Fernández, llegó a la fábrica de ferroaleaciones de Cee en 1971, con 22 años y recién licenciado en Ingeniería Industrial, con especialidad en energía nuclear. Una década después ya dirigía la planta y hasta su jubilación ahora -que llevaba postergando desde el 2013, cuando cumplió los 65-, además del director general para la zona noroeste de Ferroatlántica fue encargado de compras del Grupo Villar Mir. Sus cargos le llevaban, según sus propias palabras a «vivir en Iberia», con una media de dos o tres vuelos por semana, ya que, además de adquirir materias primas por todo el mundo, tuvo un papel destacado en la puesta en marcha de distintos procesos en otras plantas de la empresa en el exterior.

Sin embargo, lo que verdadera ha marcado su trayectoria con respecto a la Costa da Morte son los 45 años en las fábricas, primero de Cee y después de Dumbría, que se construyó ya con él al frente. En ese tiempo lidió con la traumática venta de Carburos Metálicos a Villar Mir, las expropiaciones para el embalse de Santa Uxía, el incendio del horno 21 de Dumbría, accidentes mortales, el Prestige y el Cason -del que sabe bastante más de lo que cuenta y en el que mantuvo la fábrica activa con los trabajadores descargando los bidones de residuos del barco-, el ERE del 2009... y así una larga lista de situaciones especialmente complejas de gestionar. La empresa pasó en este período de ser deficitaria en la zona a situar sus centros entre los más productivos de todo el grupo y ofrecer algunos de los puestos de trabajo más deseados de toda la zona.

Personalmente, tuvo un papel crucial en la ampliación del puerto de Brens, en la llegada de la Vuelta a España a O Ézaro y en el apoyo de centenares de iniciativas educativas, culturales, deportivas y sociales de las instituciones y asociaciones de la comarca.

«É un home que viviu sempre por e para a empresa e que soubo compaxinar iso coa integración na sociedade de Cee e da Costa da Morte», señala el exalcalde de Cee, Manuel Lamela, que empezó a tratar con él desde su puesto de profesor en el Fernando Blanco, en el que, además de ofrecerle prácticas y salidas laborales a centenares de estudiantes, ayudó a implantar el ciclo de mantenimiento electromecánico. Ya como regidor, recuerda que, de no ser por Oliete, Villar Mir no les habría permitido -ni incluso apoyado económicamente- la urbanización de Camiños Chans. «Cando se necesitaba sempre estaba aí», resume el alcalde de Dumbría, José Manuel Pequeño, que destaca su infinita capacidad de trabajo, meticulosidad y entrega total a Ferroatlántica, incluso a costa de su propia familia, «que seguro que é a que máis agradece que o deixe».

Casado con una maestra, ahora jubilada, del Manuela Rial, tienen tres hijas, todas con estudios superiores, y han hecho su vida en Cee, en una casa escasos metros de la fábrica. Habitual de muchos de los actos sociales que se celebran en la localidad y de costumbres austeras -los muebles de su despacho son los mismos de cuando llegó- Oliete es sin duda un personaje que ha marcado la historia reciente de la Costa da Morte.

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