Los gemelos fisterráns se escolarizarán, aunque queda por decidir en qué colegio

Patricia Blanco
Patricia Blanco CARBALLO / LA VOZ

CEE

La reunión entre el Concello y la madre abordó la necesidad de que vayan a clase

22 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Los gemelos fisterráns volverán a clase, aunque queda por ver en qué colegio lo harán. Su madre está estudiando las posibilidades. Ese retorno a las aulas fue lo que se le recomendó ayer a Lina Díaz en la reunión con el Concello: los pequeños no están acudiendo al colegio Nuestra Señora del Carmen debido al conflicto entre la progenitora y el centro. Ayer, Lina se entrevistó con profesionales de Servizos Sociais del Concello: trabajadora social y asesora de menores. Fue, como ella dijo, «unha reunión cordial», en la que le indicaron la importancia de que los pequeños estén escolarizados y vuelvan a las aulas. Ese encuentro formaba parte de los pasos que han de darse una vez abierto un protocolo de absentismo por parte de un colegio, dado que este, además de a Inspección, ha de remitirse al Concello. El regidor, José Marcote, no pudo estar presente, si bien conoció después que, básicamente, se le dio a Lina Díaz información sobre los pasos a seguir y se le dijo que asistencia social requiere que los niños estén yendo a la escuela.

Ahora, será ella la que tenga que valorar a qué centro puede llevar a sus pequeños, de seis años, si bien Marcote ve solucionable ese asunto. Habrá que tener en cuenta, por ejemplo, la masificación de las aulas. Si en un período de tiempo, el asunto sigue el mismo punto, habría que darle traslado a la Xunta, por más que el alcalde entiende que ha de haber una solución sin que la situación llegue a más.

«Mellor que vaian ao cole»

La madre de los pequeños explica que en el Concello se le trasladó la necesidad de que los pequeños vayan al cole, por lo que ahora seguirá tanteando posibilidades, aunque tenga que llevarlos a otro municipio. Descarta que vuelvan al colegio Nuestra Señora del Carmen si les hacen repetir primero a los niños, como habían comunicado, pero accedería a que volviesen si pasasen a segundo: «Non por min, por eles», apunta. Cree que para los pequeños supondría «un trauma» ser separados del grupo que hacían con sus otros ocho compañeros, viendo que solo ellos repiten.

Tiene entendido que la prueba de orientación específica que ha solicitado, y que se practica en determinados casos, únicamente puede llevarse a cabo en centros educativos públicos. Tanteó el colegio fisterrán que cumple esos requisitos, pero no vio buenas perspectivas de que se la llegasen a hacer. Es más, dice que el caso se ha convertido en una especie de «comidilla» entre los dos colegios del municipio, y que no quiere eso para sus pequeños: «Primero no sabían nada de la prueba, después ya sabían algo y al final me dicen que para hacerla son ellos los que la tienen que autorizar», afirma la madre. Sí abordó la posibilidad de este examen en el colegio Eugenio López de Cee, donde dice que fue bien asesorada, por más que el centro tenga muchos alumnos ya.

Seguirá consultando posibilidades en la zona y afirma que lo hará por el bien de sus hijos, por más que le cueste dinero, tanto si ha de pagar un autobús -no tiene coche- para llevar a los pequeños a un nuevo centro, como si ha de mudarse a otro municipio y pagar un alquiler. Se pregunta, finalmente, por qué servicios sociales y Educación se muestran ahora tan preocupados «polo benestar dos nenos» cuando sus denuncias nunca fueron atendidas. Le sorprende también el protocolo de absentismo abierto por un centro que, siempre según su versión, dejó a sus niños fuera de actividades que otros sí hacían: «Aí xa me estaban dicindo que non querían aos nenos».