«Tenemos un millón de visitas al año»

Carolina Núñez Andrade, S. G. CARBALLO / LA VOZ

CEE

JORGE PARRI

En el centro, inaugurado en el 2003, hay 32 locales abiertos y 5 disponibles

16 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Demetrio Casais es el director del centro comercial de Cee.

-Lleva ya muchos años al frente del Centro Comercial Finis Terrae.

-Desde que lancé el proyecto, hasta hoy, son 16 años dedicado al centro, aunque no exclusivamente. En el 2003, en estas mismas fechas, se fundó la comunidad de propietarios, por entonces formada por el Concello y la sociedad promotora, y me pidieron que me quedase a dirigirlo. En la época gestionaba proyectos hasta que se inauguraban, y luego me iba al siguiente. Pero este centro es el más mío de todos los proyectos, como una especie de hijo, además en mi pueblo. Claro que acepté. Desde entonces la comunidad, que son más de 30 propietarios hoy en día, ratificó varias veces la confianza en mí, y después en nuestra empresa, ya incorporado mi hermano Jaime. Y aquí estamos, formando equipo con los empleados del centro, excelentes trabajadores. Casi todos están desde la inauguración en el 2003.

-¿Cuál ha sido la evolución?

-En tantos años pasan muchas cosas. Primero superamos los recelos de muchos que no creían en el centro. En medio de eso, con el edificio a medio construir, nos pilló el Prestige, que parecía que iba a hundir la comarca en la ruina. Por otra parte, no es nada fácil tener multicines fuera de una ciudad, o ser el único pueblo en el que se fijó Inditex (ellos entraron en contacto, cuando ya nos quedaban pocos locales). Padecimos las grandes inundaciones de Cee, pero no cerramos ni un día en todo este tiempo. Hemos sobrevivido a la mayor crisis del comercio en décadas, y siempre mantuvimos más de 30 negocios funcionando. A día de hoy, hay 32 establecimientos abiertos y solo 5 locales disponibles, con alguna negociación en curso. En todo momento hemos tenido más del 90 % de los metros ocupados, y en torno al millón de visitas por año. Esperamos seguir así, y mejorar en lo posible.

-Además de llevar el centro, viaja mucho. Y a Brasil, sobre todo. ¿Proyectos empresariales?

-No viajé tanto, ni estuve en muchos países. Precisamente el pasarme una década entre Brasil y Galicia me impidió conocer otros sitios, porque es complicado trabajar en dos continentes a la vez y no tenía tiempo para nada, ni vacaciones. En Brasil me dediqué a un gran proyecto inmobiliario turístico, y después a un parque eólico. En ambos casos con Fernando Moreno Soto, un fenómeno como persona y como empresario. Por cierto, que tiene raíces ceenses, pero no le conocí hasta que edificó el centro comercial. Años después, cuando yo llevaba un par de años en Brasil empantanado en un proyecto imposible, vino a ayudarme como amigo y abogado. Nos hicimos socios, y no habría conseguido nada en Brasil sin él, y sin Cristiano Ferrer. Dos abogados españoles, más un taxista brasileño que resultó ser un crack (hoy es jefe de Protección Civil de una ciudad mayor que Barcelona), acabamos venciendo a grandes multinacionales en la subasta eólica del Gobierno. Fue una gran experiencia.

-En cierto, modo, es algo emigrante. ¿Qué opina sobre tener que irse, tan común en esta zona?

-Como nieto y sobrino de emigrantes, creo que la emigración tuvo un lado muy triste, sobre todo en los tiempos en que muchos se iban sin posibilidad de volver, los viajes duraban semanas, y era complicado comunicarse con los seres queridos. También el lado positivo de que fue un alivio económico para tantas familias, que bastantes emigrantes conquistaron un buen nivel de vida, y todos enriquecieron a las sociedades de allá, enseñaron cosas y aprendieron otras. Mi abuelo Demetrio emigró a EE.UU. pero se volvió al cabo de unos años, por la crisis del 29. Trajo ideas para montar su primer negocio. Conoció el sindicalismo allá y por eso acabó siendo concejal del Partido Socialista Agrario; aprendió técnicas de construcción novedosas... Volvió con poco dinero, pero mucho más rico.

-El centro comercial colabora en muchas iniciativas, incluidas el Día da Bicicleta.

-Con todas las posibles, en la medida de nuestro presupuesto, pues somos un centro pequeño. Colaboramos con oenegés la zona, todos tenemos amigos en ellas y conocemos su excelente labor. Y del mismo modo, es natural que echemos una mano a comisiones de fiestas de varios concellos, a equipos como el Villa de Cee, o a la Fundación Fernando Blanco por ejemplo. Querríamos participar en más cosas, pero hacemos lo posible, y lo hacemos con gusto. Mirando cada euro también, pues pertenece a comerciantes que trabajan muy duro para aportar al fondo común del que sale todo esto. Y antes hay que pagar la luz, la Seguridad, los mantenimientos, limpieza, eventos, muchas cosas.