Hablar con Quico Cadaval, o tan solo escucharlo, requiere de cierta atención. Pero atención con gusto, porque tiene recompensa. Cada dos o tres frases, como mucho, suelta otra de humor y a esas hay que cazarlas. De ello dio muestras ayer en Radio Voz Bergantiños, donde charló sobre las dos funciones que tiene este fin de semana de puente en la Costa da Morte. La primera será esta misma tarde, en la Casa da Cultura de Cee, dentro de la programación de la Fundación Fernando Blanco para este mes. La segunda será el lunes, en A Barra Bar (Carballo), donde además cerrará esta nueva edición de la Rúa dos Contos que se está celebrando al amparo del Festival Internacional Outono de Teatro (FIOT).
A la villa de A Xunqueira (19.00 horas) llevará su espectáculo Pantasmas familiares. Dice Quico que es su repertorio más antiguo, con el que empezó actuar y que va reformando continuamente. Siempre hay material que añadir a este recopilatorio de historias de difuntos y aparecidos, «cousas que me veñen de familia». Asuntos de Santa Compaña y de anuncios de muerte que, después, «o pobo soberano foi transformando en cousas humorísticas». La risa como alivio. Cadaval dice que con Pantasmas familiares tiene espectáculo para 18 horas, pero que en Cee lo tratará de reducir a hora y media. Asegura que, en dos ocasiones, se entregó a una maratón de contadas, en Lugo y en Colombia, y que el resultado fue bueno: «Había xente que dormía moi ben». Apunta, además, que en el país colombiano hay mucha tradición de ir a los teatros a escuchar historias, aunque no sean necesariamente humorísticas: «Parecido a como se fose un cine».
Estreno de «Almiñas»
El domingo cambiará bien de escenario, porque se pasará a A Barra Bar para estrenar su función Almiñas, que bien podría titularse Os inocentes. Avanza que está compuesto por un repertorio triste y a la vez divertido, no porque el público no tenga corazón, sino porque han sido muchas las alegrías y la filosofía que han dejado esas «persoas inocentes» que existen en todos lados: «Almiñas, Almas Cándidas, Almas de Dios». Son, dice Cadaval, «eses personaxes de reaccións divertidas, inocentes e un pouco tristes». Quico espera del público carballés que se divierta «dende a súa sensibilidade, e que non cambien de carácter porque vaia eu [se ríe]».
Para él, volver a Carballo es volver a una casa. Y bromea: «Eu, no FIOT, coma aquel que di, funo todo, pero agora estou neste momento de decadencia que me mandan ás tabernas». Asegura sentirse muy cómodo en la capital de Bergantiños, cuna de sus inicios, de los que recuerda algunos bares especialmente. Uno de ellos es el Silfo (lo llevaba Antón Guitoi, como ahora A Barra Bar). Considera el contador ribeirense que el FIOT ya es más que fundamental para el panorama teatral actual y recuerda que la coproducción de Excéntricas con el festival carballés, Un cranio furado, logró varios María Casares.