El curo Desiréé Kouakou cumplió dieciseis años en el puesto
25 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.En el muelle de la bahía, como la canción de Maná, esperó ayer por la mañana Marisa Beira Beira, que se presenta como Marisa Atkinson al adoptar el apellido de su marido. En el Ventura, el trasatlántico que ayer atracó en A Coruña, venían unos amigos suyos a los que hacía tiempo que no venía. Detrás de esta hermosa historia de reencuentro portuario se esconde la realidad de la emigración. «Mi familia es de Laxe y cuando tenía 4 años me fui con mis padres a Dover, (Inglaterra). Mi padre trabajaba en una fábrica y mi madre en una empresa de telefonía», comenta con más acento inglés que da Costa da Morte. «Sí, ya me expreso mejor en ese idioma», apunta sonriente. Está pasando una temporada en Laxe, con su padre, y coincidió que los amigos ingleses le avisaron de que iban a hacer escala en A Coruña. «Me ofrecí a hacerles de guía», comenta. Poco después de las diez de la mañana se produjo el encuentro entre risas, abrazos y hasta algún grito de emoción. En el coche de Marisa fueron al monte de San Pedro, pasaron por el estadio de Riazor y tomaron dirección a la torre de Hércules. Sobre las seis de la tarde los turistas vieron el faro cuando salían con dirección a Southampton mientras Marisa regresaba a Laxe para contarle a su padre el inolvidable día en A Coruña.
Solidaridad
De un desembarco a otro, el de un nuevo destino. Mercedes Casanova Díaz es desde el pasado martes la nueva presidenta de Cruz Roja en la provincia de A Coruña, una entidad que, como bien saben los vecinos de la Costa da Morte, presta gran ayuda en la zona a quienes más lo precisan de manos de personas como Matilde Anido en Carballo, Jesús María Pose en Laxe o Calixto González en Vimianzo, con amplia red de colaboradores. La elección de Casanova fue ratificada por Javier Senent, presidente nacional de Cruz Roja Española. Mercedes tiene 47 años, es licenciada en derecho y técnica de comunicación y proyectos en una entidad supramunicipal. Natural de Betanzos, donde es voluntaria de Cruz Roja desde 1992, prestó su ayuda primero en la sección juvenil y más tarde en otros proyectos sociales. Desde el 2002, además, es la presidenta de la asamblea comarcal de Betanzos, puesto que tendrá que dejar ahora para asumir el nuevo puerto.
Celebración
Sin abandonar la solidaridad, vuelve a estas páginas Désiré Kouakou, aunque por un motivo distinto a la ayuda que presta la oenegé Égueire en Costa da Marfil. Resulta que ayer celebró justamente los 16 años desde su ordenación como sacerdote, un 24 de julio de 1999. Muchos quisieron acompañarle desde Brens en un aniversario que incluyó primero una misa y después una cena. Allí estaban vecinos de la localidad ceense, pero también sus compatriotas integrantes del coro católico Saint Luc de Banabakintú, que aprovechan los últimos minutos antes de dejar Galicia. Por su presencia dijo Désiré estar muy feliz y, por supuesto, por el cariño que le mostraron todos cuantos acudieron a su cumpleaños sacerdotal con una cena en familia -cena africana-, en la que, además de vecinos, no faltó tampoco el párroco de Mazaricos, José Manuel Pensado. Désiré ha afianzado así un gran trabajo desde su llegada. Fue en el año 2006 cuando tomó las riendas de dos parroquias mazaricanas (San Mamede de Alborés y Santo Tomé de Baos), así como de tres de Zas (San Tirso de Muíño, San Pedro de Brandomil y Santa María de Brandoñas). En el año 2013 tuvo que mudarse, para encargarse del servicio pastoral de tres parroquias diferentes: Santa Baia de Brens (Cee), Santiago de Ameixenda (Cee) y San Pedro de Buxantes (Dumbría). Lo dicho: puertos y reencuentros.