La trayectoria vital de Roberto Lado

Luis Lamela CARBALLO / LA VOZ

CEE

Recuerdo, en el centenario de su nacimiento, a un talentoso hijo de ceenses

10 jun 2015 . Actualizado a las 08:02 h.

Durante su estancia en New York, el 30 de junio de 2006 el muxián Manuel Vilar publicó en La Voz de Galicia, edición Bergantiños, un trabajo sobre un ceense nacido en Tampa-Florida, Roberto Lado Canosa (Robert Lado). Después de nueve años desde esta publicación, y por cumplirse el centenario de su nacimiento, intentaremos, siguiendo su rastro, ampliar algunos datos del recorrido vital de este hijo de emigrantes ceenses.

Los padres de Roberto fueron Constantino Lado y Lola Canosa, dos ceenses que buscaron en la emigración un futuro económico que no vieron en su municipio de origen, arribando a EE.UU. en la primera década del siglo XX, para radicarse en la ciudad de Tampa, en Florida. Algún tiempo después de su arribada nació, el 31 de mayo de 1915, su hijo Roberto, y algo más tarde, otro llamado Calixto.

Ya con un cierto respaldo económico, la familia decidió regresar a Cee en 1925 para intentar fijar de nuevo las raíces en su patria de origen. Residieron en la hoy muy abandonada calle de Arriba. Los dos hijos ingresaron en la Fundación Fernando Blanco para cursar estudios, resultando unos jóvenes muy despiertos y buenos jugadores de fútbol. No obstante, y lamentablemente, la explosión de la guerra civil en España trastocó los planes de la familia después de residir en su pueblo durante once años, empujándoles, temerosos del descalabro y la miseria, nuevamente a EE.UU., en el momento en el que los caminos no estaban del todo cerrados, conscientes de que eran a los débiles a los que les tocaba pagar las calamidades desatadas por los poderosos. Al fallarles su país, buscaron un escenario quizás también amargo y nostálgico, pero más optimista: un país de oportunidades.

De nuevo a Tampa

Sus vidas tomaron otros derroteros. Tenía entonces Roberto 21 años y la familia apuntaló por segunda vez allí su vida. Y al poco tiempo de llegar a Tampa, y aún desconociendo el idioma inglés, el hijo mayor pudo ingresar en el famoso Rollins College, de Winter Park-Florida, institución en la que se educaba lo más granado de la sociedad americana. En aquel sanctasanctórum, ungido con la gracia del talento y un potencial extraordinario además de mucha voluntad, disciplina, trabajo e inteligencia, se convirtió en el estudiante más destacado de su curso. Publicaron los diarios de varias ciudades de los Estados Unidos su nombre y recibió numerosas felicitaciones. Un triunfo rotundo a pesar de que siete meses antes Roberto no sabía hablar inglés. Se ganó el derecho de representar a su colegio en el certamen de oratoria de la Fraternidad Pi Kappa Delta que se celebraba en la ciudad de Topeka, en el Estado de Kansas. Allí desarrolló el tema The tragedy of Spain, y conquistó el tercer puesto como orador compitiendo con 70 alumnos americanos de otros tantos colegios de todas partes de los EE.UU., ninguno de los cuales había tenido que luchar con la desventaja del idioma como el joven Roberto Lado.

Por su notable actuación, Roberto fue invitado a la radio en diversas ocasiones en las que obtuvo mucho éxito, y recibió los parabienes de las Cámaras de Comercio de Orlando y Winter Park. Ya antes se había distinguido como artista, puesto que uno de sus cuadros fue premiado en la exposición de arte celebrada por la Sociedad de las Cuatro Artes, en la ciudad de Palm Beach, Florida.

Reconocido lingüista

Para Roberto no había tiempos muertos y confiaba cada vez más en su capacidad. En el Rollins College consiguió la Licenciatura en Artes. Tiempo después estudió en varias universidades de EE.UU, consiguiendo Maestría en Artes en la Universidad de Texas, en Austin y el doctorado en la de Michigan. Después fue profesor de Inglés y Lengua en otras universidades, además de profesor visitante en centros latinoamericanos y de Japón y director del Instituto de Lengua de la Universidad de Georgetown -en donde fue decano durante 13 años, hasta su jubilación-. Se convirtió en un reconocido lingüista experto en el aprendizaje de segundas lenguas, autor de más de 60 libros sobre temas lingüísticos, entre ellos: Lingüística contrastiva, lenguas y cultura; Inglés, 3. Serie Lado. Guía y Linguistics across cultures, entre otros. Además, trabajó para el gobierno norteamericano como experto para asesorar como enseñar el inglés a los emigrantes y profesores foráneos e igualmente desde 1960 fue editor de la revista científica Current Trends in Linguistic. Todo un experto mundial en lingüística moderna, fundando el Lado Internacional College con tres campus: en Washington, en Arlington-Virginia y en Silver Spring-Mariland, siendo reconocido con doctorados honorarios en varias universidades, entre ellas las de Georgetown, en EE.UU y Sofhía, en Tokio.

De su matrimonio con Lucá Andrade tuvo diez hijos. Roberto Lado falleció el 11 de diciembre de 1995, en Washington, con 80 años y después de un fructífero caminar por este mundo y muchos años de dedicación obsesiva a los temas lingüísticos. También merece una breve semblanza su hermano Calixto, que fue igualmente un buen estudiante, dotado con otro tipo de talento, con personalidad y un latido distinto. Y con una cierta dosis de ambición. Calixto triunfó profesionalmente en la compañía de automóviles Studebaker y por su labor tendida al engrandecimiento de esta compañía, el directorio le concedió un cargo de mayor importancia: recibió el nombramiento de jefe principal de la división Hispano-Americana, uno de los cargos ejecutivos más codiciados en dicha empresa, experimentando así la satisfacción del trabajo bien hecho, un espíritu de lucha real y un envidiable status profesional. No hay duda de que también se había hecho con la brújula del éxito...

Historias estas, de hijos de trasterrados que son compendios y teselas del mosaico de la secular emigración de la Costa da Morte. Porque, a pesar de que aparentemente existe una general impotencia en nuestra sociedad para contemplar el presente y, sobre todo, el pasado, conocerlas debería estimularnos el presunto orgullo tribal. Y, es que, fueron sangre de esta tierra.

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