«A FP non é para os burros»

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CEE / LA VOZ

CEE

Judit Castro Pose está de prácticas en Talleres Bermúdez.
Judit Castro Pose está de prácticas en Talleres Bermúdez. xesús búa< / span>

Tres profesoras y la única alumna de los ciclos formativos tradicionalmente masculinos del Fernando Blanco cuentan su experiencia, en general positiva

26 abr 2015 . Actualizado a las 23:29 h.

Las dos son de Sofán (Carballo), hicieron industriales en Ferrol y ahora dan clase en el Fernando Blanco de Cee. Sonia Rey Bello se ocupa, a pie de taller, de las instalaciones electrotécnicas: todo lo que tiene que ver con vivienda, automatismos industriales o la tan de moda domótica. Bibiana Bértoa Cambón, va más por la parte mecánica y se mueve entre la neumática y la hidráulica. Junto a ellas, Marjhory Vidal Edreira, que es de Cee, y también aspira a una plaza fija en el Fernando Blanco como sus compañeras, se ocupa de la formación y la orientación laboral, desde «un enfoque práctico, muy de andar por casa», como recalca.

Las tres, sobre todo Sonia y Bibiana, ocupan puestos que en el imaginario colectivo aún muy retrógrado están reservados a los hombres. Sus alumnos son también chicos, proceden facultades absolutamente masculinizadas y, pese a ello, no hacen más que animar a las adolescentes a que se apunten a estos ciclos. Consideran que son perfectamente válidos para ellas y que, además, juegan con la ventaja de que muchas grandes empresas tienen que reservar un cupo de plazas para mujeres que, como dice Marjhory, pueden aprovechar.

Como recalca Sonia, tienen claro y así lo defienden que «a FP non é para burros». De hecho, son profundamente críticas con que existan pruebas de acceso de los ciclos medios a los superiores porque «non lle podes por unha X a unha persoa porque non se lle dea ben a linguaxe ou non saiba facer unha integral», ya que así solo se prima a los de bachillerato y sus alumnos, en ocasiones más preparados y con mayor vocación para determinadas especialidades «teñen que perder un ano» con la citada y temida prueba.

Sin embargo, de lo que son defensoras a ultranza es de la mujer en todo tipo de trabajos y de estos que ellas enseñan en concreto. Bibiana, por ejemplo, ya era funcionaria de la Administración y aun así con la ingeniería y el grado en diseño industrial se metió en otras oposiciones y ahora se muestra «encantada» con lo que hace.

De ahí que todas animen a las adolescentes que salen de la ESO y que no tienen claro qué hacer, a «que se acheguen e que proben» porque seguro que les gusta.

Ese es el caso de Judit Castro Pose, de Camelle (Camariñas), que con 17 años ya está con las prácticas en Talleres Bermúdez de A Ponte do Porto y piensa en ir A Coruña a hacer el ciclo superior en Someso. «En el instituto, en el último año de la ESO nos llevaron a Cee de visita y aquí estoy. Todo lo que sea trabajo de taller me encanta aunque estoy empezando, tiene su dificultad y me falta coger mucha experiencia», señala la joven para la que su jefe solo tiene buenas palabras.