Graduados de pega en Carballo

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CRÓNICA CIUDADANA

CARBALLO MUNICIPIO

18 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El viernes se celebrarán en los institutos Alfredo Brañas e Isidro Parga Pondal, de Carballo, las ahora imprescindibles graduaciones de los estudiantes de segundo de bachillerato. La fiesta será antes de la evaluación, por lo que todos ellos serán en realidad graduados de pega. De hecho, en los centros ya les dan a elegir si quieren asistir a la ceremonia para estar con sus compañeros o prefieren esperar, porque más de uno se gradúa un año antes de terminar. Es el caso de los que van a repetir, muchos de los cuales ya saben a estas alturas de mayo que el próximo curso volverán a intentar sacar el bachillerato.

Mucho se habla de la llamada generación blandita y de las consecuencias que puede tener para todos. Tendrán que pagar las pensiones y gobernar este país los niños y adolescentes a los que se ha hecho creer que el mundo ofrece mil oportunidades, que el esfuerzo no es necesario porque se pasa igual de curso, que tus padres estarán siempre pendientes de que nada te lastime y que no importa si aprobaste o no segundo de bachillerato porque en las fotos estarás con tus compañeros.

Quizá se debe a la presión de los padres, pero resulta incomprensible que se «gradúen» antes de saber si realmente se han graduado y no se entiende que si repiten puedan graduarse al año siguiente. Este fervor por no provocar traumas se volverá en contra antes de lo que se piensa.

Ahora ya nadie aguanta la presión. Las ANPA están en contra de las reválidas, unas pruebas por las que pasaron muchos escolares años atrás sin que eso les causara ningún problema. Probar los conocimientos de los alumnos debería ser obligatorio para saber cómo está la educación y si los profesores están trabajando bien, porque, no nos equivoquemos, aquí se pretende juzgar a los docentes, no a los alumnos, que no son más que esponjas. No fallan los niños sino los profesores y eso es lo que quizá da tanto miedo, sobre todo por el corporativismo que siempre ha demostrado el colectivo y por la presión que ejercen sobre los que se salen del discurso pactado.

¿A los profesores les parece bien que se gradúen los que no se graduarán? ¿Por qué se celebra una fiesta que en realidad no tiene ningún valor? ¿Pueden opinar libremente los docentes sobre las reválidas? ¿Es tan dañino para un alumno que le hagan un examen? ¿Es bueno que le dejen pasar de curso con dos suspensos?

Los profesores tienen un gran poder y no es el de ser los responsables de la educación de las generaciones futuras, sino de hacer que los niños tengan que quedarse en casa porque no hay clase. Alguien tendrá un día que ponerle el cascabel al gato, porque, al paso que vamos, pronto nos habrá comido a todos.