El éxito de 35 toneladas de compost

Patricia Blanco
Patricia Blanco CRÓNICA CIUDADANA

CARBALLO MUNICIPIO

29 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace nada, el Concello de Carballo y la asociación de empresarios del polígono de Bértoa dieron a conocer una auditoría que ponía de relieve la gran cantidad (de dinero y energía) que se podrían ahorrar las empresas si tirasen de medios más eficientes, aunque ello conllevase inicialmente una inversión. Entonces, el regidor, Evencio Ferrero, aludió a que en su momento había incrédulos con respecto a tomar estas medidas en instalaciones públicas, como también los hay -de ahí las prácticas que todavía se ven- con el hecho de que pequeñas aportaciones puedan cambiar ápices ese mundo efímero al que da lugar el hábito de usar y tirar, sin más aprovechamiento ni segundas vidas. Lo han puesto de relieve las 25 familias del barrio de A Milagrosa que participaron en el primer plan de compostaje urbano de Galicia, puesto en marcha por el Concello de Carballo, pionero: estaba previsto que dicho programa piloto, de nombre Ti tes a chave, durase seis meses y finalmente han sido quince. Desearían que fuesen más, pero de momento la experiencia ha terminado, y así se les fue comunicado por parte del edil de Obras e Servizos, Lois Lamas, y por parte del delegado de la empresa concesionaria de la gestión de los residuos, Luis Ángel Torre. Visto lo visto, y a la luz de los resultados, estas 25 familias han demostrado que el compostaje en casa no solo es viable, sino también rentable: se han obtenido 35 toneladas de compost y se ha conocido, además, que el volumen de residuos orgánicos generados por una familia se sitúa nada menos en una tonelada al año. «O tratamento de cada unha en Sogama custa 65 euros, o cal significa que son moitos cartos os que poderían aforrarse se a compostaxe chegase a toda a poboación», dijo Lamas. Luis Ángel Torre, por su parte, puso de manifiesto que nadie en Galicia había hecho una experiencia similar y que, visto lo visto, «tarde ou cedo», no quedará otra que poner en marcha un sistema diferenciado para el tratamiento de residuos orgánicos. A la espera de que se construya la planta de compostaje en Cerceda, Ti tes a chave, comprobados los resultados, dice un hasta pronto. El mecanismo ha sido sencillo, pero requería de compromiso: las 25 familias depositaban en otros tantos colectores de color marrón los restos orgánicos. Cada una tenía una llave y se encargaba de la selección previa siguiendo los criterios explicados cuando arrancó la experiencia. De hecho, tomaron tan buena nota que hubo «cero impropios», como resaltó Torre. Ahora, los colectores se retirarán, pero ellos conservarán la llave e incluso una muestra del compost. Es más que eso, es la prueba de que la implicación a pequeña escala tiene resultados grandes. Y el medio ambiente lo agradece. Carballo estuvo de nuevo a la vanguardia.