Parece que algo está cambiando

Santiago Garrido Rial
Santi Garrido CRÓNICA

CARBALLO MUNICIPIO

27 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El alcalde de Carballo, Evencio Ferrero, firmó ayer casi de un golpe cuatro contratos de obras y servicios por un valor superior a los 461.000 euros: la reurbanización del entorno del San Luís Romero, por 182.975 euros (López Cao), y más plataformas únicas a ejecutar en cuatro meses de máximo; la gestión del huerto ecológico infantil, por 100.000 euros para tres años (Atlantic Ponte 2000), la señalización viaria, por 135.000 euros también para tres años (Serovial), y el control de plagas urbanas por 43.560 euros en un período de cuatro años (Plaguiber). Al mismo tiempo, el gobierno local comunicó que las obras del centro social de Ardaña avanzan con gran rapidez, hecho que cualquier vecino o usuario de la DP-1914 comprueba cada día: si antes el ojo se escapaba inevitablemente, a pesar de lo vista que está, hacia la torre blanca de la iglesia que se encuentra casi al lado, ahora no queda otra que ver medrar la obras, que cuestan 90.000 euros.

Son dos ejemplos recentísimos, y a poco que se tire de memoria o, mejor, de hemeroteca, se encontrarán otras muchas firmas por unos cuantos millones de euros. No es una cifra exagerada: el contrato del ciclo del agua ya es de dos millones, que se dice pronto, aunque para conseguirlo hubo que esperar una eternidad. De hecho, si llega a haber algún recurso más, tal vez hasta después del verano no se podría haber hecho nada.

Detalles al margen, toda esta actividad, además de las obras en medio casco urbano, recuerdan el frenesí de hace, por ejemplo, un decenio, aunque entonces la privada era muy superior. Ahora, aunque grandes, grúas solo hay dos, además de las del polígono, que también va embalado. Recuerda todo esto, aunque ya miramos al pasado con mucha cautela memorística, aquella sucesión de obras de los dos planes E, que tanta vida económica dieron aunque con resultados muy variopintos. No solo en Carballo, claro: en toda la comarca. Esta sucesión de firmas por elevadas cantidades también me recuerda las de otros tiempos en Cerceda, donde se manejaba más dinero que en media provincia, o en los tiempos de mayor actividad de Cee. Y algún ejemplo más. Conclusión: que se acaba la atonía del gasto languideciente de los dos lustros pasados. Que hay dinero y hay obras, que algo está cambiando, y la crisis, de puertas para fuera (cada uno sabe la suya) parece que se va.

Si finalmente se puede usar el remanente acumulado, y si se logran fondos públicos europeos del programa Edusi, la velocidad sí que va a ser llamativa. Puestos a pedir: mayor escalonamiento en las obras de las calles, y de paso que se acelere el plan de movilidad: fuera barreras arquitectónicas y nuevos sentidos viarios.