De nuevo a buscar socorristas

Santiago Garrido Rial
Santi Garrido CRÓNICA

CARBALLO MUNICIPIO

26 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Concello de Carballo acaba de convocar, un año más, las plazas para la Unidade de Salvamento e Socorrismo Acuático. Como el año pasado, 35 puestos de trabajo para tres meses, desde mediados de junio. Si se cubren todas, Arnela también tendría este servicio esencial, dado que se trata de un arenal que cada vez tiene más adeptos, y eso no es de extrañar por sus magníficas cualidades. Aunque, obviamente, los miles de bañistas prefieren Razo y, en menos medida, A Pedra do Sal y As Saíñas.

Las condiciones para presentarse a esta convocatoria fueron publicadas en el Boletín Oficial da Provincia de ayer, y básicamente se mantienen los criterios del año pasado. Incluso de sueldo, unos 1.200 euros brutos (las cantidades exactas figuran en los presupuestos municipales) que no es factible subir a cifras más atrayentes porque, como explicaba ayer un responsable municipal, las limitaciones presupuestarias que impone el Gobierno a las Administraciones locales impiden esas alegrías. Es un aliciente más para atraer a jóvenes candidatos, pero no funciona siempre. Incluso en lugares de gran impacto turístico como Sanxenxo, donde optaron por otras vías para aumentar esa remuneración, no se cubrieron todos los puestos. Que, por norma general, son inferiores en el conjunto de Galicia al de otras comunidades, de ahí que algunos veteranos opten por esta migración veraniega. Que el año pasado alcanzó su mayor dimensión, llevando incluso a algunas playas a perder su bandera azul por falta de socorristas, lo nunca visto.

Ante este panorama, que mediáticamente tuvo un notable impacto, Carballo salvó muy bien los muebles, de las 35 plazas, cubrió 32 con la segunda convocatoria, siendo dos de ellos auxiliares de botiquín. Una buena cifra ante el panorama general. Tal vez por la experiencia, porque Carballo es una plaza fuerte, casi un máster para los mejores, donde solo valen los mejores teniendo en cuenta la peligrosidad de los arenales. Así que a ver qué pasa esta vez. No habrá colas como hace diez o quince años para optar al puesto, pero al menos a ver si se pueden cubrir todas las plazas.

Por cierto, algunos concellos de la zona (y de otras) podrían aprender de algunas medidas que ya son consustanciales a las playas carballesas: el baño acotado por tramos, y cada uno de ellos con sus correspondientes socorristas, con vigilancia continua y directa en el horario establecido. La primera vez que se ve resulta raro, por la absoluta libertad del resto de playas, y desde siempre, pero los resultados de los últimos años y la plena seguridad que se ofrece a los visitantes deberían ser más que suficientes para aceptar el modelo.