«El equipo júnior vivió en Lugo una actuación arbitral injusta»

CARBALLO MUNICIPIO

RAMÓN RIVERA

El equipo iba ganando al segundo en la tabla, y la decisión del colegiado cambió el partido totalmente

29 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El presidente de las Escolas Basket Xiria de Carballo, Marcos Díaz Molk (Carballo, 1979), seguía ayer sin salir de su asombro por lo vivido en Lugo por el equipo júnior masculino, que después de un gran partido, ganaron al Estudiantes, pero una decisión de uno de los colegiados cambió totalmente la decoración. Marcos Molk destacó el gran apoyo que están recibiendo en el club de parte de otros equipos en el día de ayer.

-¿Cómo están los chicos?

-Hechos polvo. La verdad es que fue muy duro para ellos después del gran partido que realizaron ver que finalmente perdían el encuentro de esa manera.

-¿La directiva lo ha encajado?

-El equipo júnior vivió en Lugo una actuación arbitral injusta. Por eso nos reunimos de urgencia para reclamar al Comité de Árbitros por lo que allí ocurrió y que no es la primera vez. Solo esperamos que eso no se vuelva a repetir.

-¿Qué pasó?

-Faltaban tres segundos para finalizar el partido y el Basket Xiria tenía un punto de ventaja y dos lanzamientos libres. El primero lo convertimos y el segundo lo fallamos. Un jugador del Estudiantes lanzó a canasta desde un poco más atrás de la línea del medio del campo y falló. Desde unos metros, Adrián Pacoret hizo una pantalla en el tiro y al girar y, al ver que erró el lanzamiento, lo festejó. Seguidamente se escuchó la bocina que indicaba que dada el partido por finalizado.

-¿Todo ello de ciencia ficción?

-Fue una situación flipante, aunque ahí no quedó la cosa. Un colegiado, cuando los dos equipos y entrenadores estaban dándose la mano, escuchan un pitido y se giran hacia el colegiado y le oyen decir: «Técnica, técnica». El jugador Jota le preguntó qué pitaba y señaló una segunda técnica. Así ellos tuvieron dos lanzamientos, que convirtieron los dos, y además le dio un segundo más. Sacaron de banda, pero no lograron anotar. Así que hubo empate y por lo tanto se procedió a disputar una prórroga.

-¿Y entonces qué pasó?

-Lo que tenía que pasar. Los jugadores de Basilio Pampín estaban totalmente rotos, hechos polvo y sin ánimos para seguir. De esa forma en la prórroga el partido finalizó con un 76-66.

-Ayer el teléfono no paró de sonar

-Es cierto. Las muestras de solidaridad de muchos equipos se dejaron sentir en nuestro apoyo. Es algo que se agradece en estos momentos, puesto que lo peor son los chicos. Luchan como jabatos para intentar evitar el descenso en la liga gallega y el Estudiantes de Lugo, que está segundo, a puntos iguales con el líder pelea por ser campeón. Es muy complicado encajar que lo que ganaron en la pista se lo priven unas decisiones arbitrales.

-¿El equipo lucense reconoció esa anomalía?

-El entrenador del Estudiantes le comentó al nuestro, Basilio Pampín, que la victoria había sido un regalo.

-¿Y que espera hacer ahora?

-Faltan cuatro partidos para finalizar la temporada y el equipo necesita dos victorias. Si el Comité de Competición falla a nuestro favor, solo sería una victoria más para asegurar la permanencia. Habrá que esperar la decisión.

-¿El equipo seguirá centrado en la competición?

-Eso es lo que todos pretendemos, que nada de todo esto les afecte, pero son niños y no sabemos qué reacción van a tener.