Parece que no han sido suficientes ocho muertos en las carreteras durante el pasado año (el doble que en el 2015) en la Costa da Morte para erradicar ciertos comportamientos peligrosos, incluso temerarios, al volante por parte de algunos conductores. Ni siquiera el aumento de las campañas de vigilancia y las sanciones por parte de Tráfico y de la Policía Local. Algunos infractores, muchos de ellos reincidentes, insisten en convertir las carreteras y las calles en circuitos de velocidad. Este fin de semana, sin ir más lejos, la Policía Local de Carballo pilló in fraganti a un individuo que se pasó parte de la madrugada dando acelerones por la zona de la movida. Lo peor es que algunos lo jaleaban para que continuara con estas prácticas que atentan contra la seguridad viaria. Por suerte no hubo que lamentar accidente alguno y el individuo en cuestión fue interceptado cuando trataba de estacionar el vehículo sin percatarse lo más mínimo de que los policías lo llevaban siguiendo desde hacía tiempo. A este conductor no solo le gustaba quemar rueda y combustible, sino que además dio positivo en el test de alcoholemia realizado: 0,57 miligramos por litro de aire espirado. Con la legislación en la mano se salvó de las diligencias judiciales, y todo quedó en una sanción administrativa. Pero son muchos los que en Tráfico consideran que habría que endurecer las sanciones para este tipo de conductores. Los jueces de Carballo y Corcubión empiezan a leerles las matrículas a estos infractores, muchos de ellos reincidentes, y les empiezan a aplicar sanciones ejemplares, como al joven malpicán al que condenaron a 16 meses de cárcel y con el apercibimiento de que si vuelve a las andadas su próximo rali lo correrá en Teixeiro, pero no en un circuito precisamente.
Ante el repunte de positivos, sobre todo de drogas, y prácticas al volante que chocan de frente con el Código de Circulación, la Policía Local carballesa se sumará a las campañas de detección de estupefacientes. En Carballo, así lo confirman en la Comandancia de Tráfico, entre el 30 y el 35 % de los infractores optaron por el consumo de cannabis, hachís, metanfetamina, cocaína... Otros no le hacen asco a nada y mezclan como cosacos. Luego van al Social Drive y buscan la alternativa viaria segura para evitar los controles. Pero claro, en Tráfico también tienen esta aplicación en el móvil y actúan en consecuencia. Y luego pasa lo que pasa, el individuo que se topa con un control de verificación que la aplicación no le había advertido previamente y tiene que soplar. Otros, sin embargo, van más allá: optan por dar media vuelta y se dan a la fuga. Hasta que los pillan. Para entonces, el remedio ha sido peor que la enfermedad.