Los Baños de Carballo, hace 240 años

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

CEDIDA POR RICARDO VILAS

Buscaban un tesoro en una medoña y hallaron las aguas medicinales. Un cirujano narró su experiencia sobre características y propiedad en un pleito en A Coruña

21 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En agosto de 1979, La Voz publicaba un artículos sobre la pertenencia de los Baños de Carballo, el actual Balneario, cuestión que suscitó un ruidoso pleito en la Audiencia de A Coruña en 1777, hace 240 años. Hasta esa ápoca, poco se sabía sobre el tema. Carballo (de Arriba: el germen del municipio) estaba perfectamente diferenciado. A la AC-552 aún le faltaba casi un siglo para nacer, y los Baños era una entidad pequeña y diferenciada.

Los Baños (los Vellos y actuales, porque los Novos fueron sepultados en la actual Praza da Cruz Vermella) fueron redescubiertos en 1816. El tricentenario pasó casi inadvertido, salvo por una conferencia de Xan Fraga en el Casino hace justo un año. Fue el origen real de la actual ciudad.

El documento más importante de los Baños de Carballo data de octubre de 1777, y fue redactado por el cirujano Pedro Calvo de Castro, que cuenta cómo se descubrió el manantial y las primeras curaciones que se produjeron a los que los utilizaron.

El informe de Pedro Calvo de Castro, ante los jueces, decía así:

«Señor, en cumplimiento de lo que V. S. me ha prevenido sobre que le dé razón a la descubierta de los baños sulfúreos que se hallan en el lugar de la Lagoa, feligresía de San Juan de Carballo, la observancia que ha habido, la virtud de sus aguas, y efectos que hasta aquí han causado, y lo más que me ha encargado, debo decir a V. S. lo siguiente: Mi nombre es Pedro Calvo de Castro, oriundo y bautizado en la feligresía de Santa María de Leiloyo, y avecindado en la de San Juan de Jornes inmediata a aquélla, a distancia de los dichos baños una legua y media.

Mi edad es de setenta y tres años: mi profesión y oficio la de cirujano flebotomista, y como tal a instancias de don Pedro Bedoya, médico del venerable cabildo, hice varias diligencias a efecto de inquirir el descubrimiento de dicho baño y sus efectos, y es cierto haber tenido noticias ciertas de que en el campo, o laguna donde permanece dicho baño había una Modoña de tierra, o monte, alta, que por diferentes tiempos trascendía humos y exhalaciones, y reconocido esto por un tal don Juan de Villar, del lugar de Vilanova, feligresía de San Esteban de Goiáns, movido de la ambición, intentando que en la referida Modoña habría un tesoro o mina que quieren llamar, buscó a un tal Diego Miolos, vecino de la feligresía de Cances, maestro de romper canteras, y entre los dos se fueron a cabar a la citada Modoña, trabajaron en ella hasta que descubrieron las piedras de la arqueta que hoy subsiste y sirve para el baño y entendiendo ser la urna donde estaba el tesoro que intentaban, le vaciaron de la tierra y cascajo que tenía dentro, hasta que descubrieron el tesoro del manantial, o manantiales que surten dicho baño, y como el expresado don Juan de Villar padecía enfermedad habitual reumática, y por ello haber tomado algunas veces los baños de Cortegada, habiendo pulsado aquella agua pareciéndole que era corcho las que había tomado, se determinó a tomarlos en dicha arqueta, hasta que se perfeccionó-y se halló sano, que no fue poco el tesoro que halló.

Impedido y tullido

Divulgóse esto por los pueblos y llegó a noticia de don Bernardo de Aldao, dueño de la casa de la piedra inmediato al campo de Payosaco, el cual se hallaba muchos años impedido y tullido de todos miembros de la misma enfermedad reumática, determinó irse en un carro al referido baño y arqueta de Carballo, tomó allí sus baños y se fue perfectamente sano para su casa, y por ello en acción de gracias a Dios, que por virtud de aquellas aguas le había restablecido la salud, hizo la capilla que se halla en dicho campo de Carballo, junto al prenotado baño.

Colocó en ella la Virgen de la Estrella; dotóle alguna renta para un capellán que en ella celebrase a los días festivos, e interin concurriesen allí enfermos al baño, y al mismo tiempo fabricó dos casas terrenas para albergue de los pobres enfermos, que uno y otro aún subsiste, sin que en aquel circuito al tiempo hubiese otra casa alguna, ni en el campo árboles, ni otra cosa de provecho lo que en dicho campo y laguna se reconoce y hasta ahora habido uno y otro, así baño, como situación por común para toda criatura racional que la necesitase, y hasta ahora y desde entonces fue en aumento la grande concurrencia de personas de ambos sexos, alta y baja esfera que en todos los años tomando dicho baño, se perfeccionaron, curaron de varias enfermedades, sin que se les impidiese por persona alguna; todo dicho baño y sitio se hallaba descubierto.

Haberá cosa de diez años, que un curioso o devoto ha hecho las paredes y caseta que encierra la prenotada arqueta, cubierta como se halla y con el aumento de número de gentes, que concurrían y concurren a aquellas aguas, en ínterin subsistían, pagaban bien los víveres, posadas y albergues en los lugares inmediatos, esto es, los que tenían medios. Llevado acaso del interés el cura actual de aquella feligresía de Carballo, determinó hacer la casa que se halla tan inmediata a dicha arqueta y baño; y es cierto que al tiempo que principió a romper los cimientos para ella, me avoqué con el mismo, y le expresé el que en aquel sitio, ni en otro inmediato tanto a dicho baño, no debía hacerse casa ni otro edificio alguno, porque podía ser perjudicial a la virtud de dichas aguas, tanto por la ventilación de los aires y sol, como porque no se sabía fijamente por dónde salían los manantiales o minerales de que se abunda la mencionada arqueta; si eran muchos o pocos y si los que eran venían acaso encañados por obra de los antiguos, y que el perjuicio se hacía al común.

Y, sin embargo, de esta advertencia no dejó de hacerla en el mismo sitio, sin hacer aprecio de semejante aviso, y no solo con el intento acaso de los intereses de dicha casa, sino también de apropiarse al baño, hizo una puerta cercanita y desde ella paredes que le cierran con la misma casa para que los huéspedes de ella tengan la comodidad de entrar en el baño cuando quieran, y con este privilegio paguen mejor la posada al casero o persona que de orden de dicho cura rija la casa.

También es cierto que poco antes que se fabricase dicha casa ciertas personas de que se me ha dado noticia, que por razón de su estado omito escribir sus nombres llevados de la avaricia de que delante de la puerta que actualmente tiene la caseta del expresado baño, con el intento de que allí estaba el tesoro que se divulgaba antiguamente, se fueron a cavar, e hicieron una larga zanja hasta que llegaron a descubrir porción de pared hecha de mampostería y cantería, y levantando una losa grande, salló de allí una gran porción de agua caliente, y sulfúrea, y noticiosa la justicia de este hecho, concurrió allí, hizo se volviese la losa o piedra a su lugar, embargó y depositó los instrumentos con que trabajaban los operarlos.

No puedo dar más noticia de más providencia que se tomase, sí que en dicho sitio, desde este hecho, siempre se ha mantenido aquella zanja o pozo, lleno de agua, y en él algunos enfermos de erisipela se tomaron los baños en ella, y se hallaron buenos [...].

También es cierto, y la experiencia me lo tiene manifestado, que después que se ha cerrado y cubierto la prenotada arqueta y baño, hecho el pozo delante de la puerta y fabricada la referida casa del cura, han claudicado en algo aquellas aguas, ya sea por la ventilación de los aires y sol, ya porque el peso de la citada casa comprimiese o impidiese algún conducto de los que descienden a dicha arqueta, o porque la cualidad de las estaciones lo permitiese, no hay duda que los enfermos que venían a los baños y más necesitados de ellos le bastaban como cosa de diez y ocho baños de a hora cada uno, y para esto después que se hicieron las obras referidas se necesitan de a veinte y cuatro y a treinta [...].

Otros baños

Y cuanto a las noticias antiguas que llevo expresado, con otras varias, puede deponerlo don Juan de Villar, vecino del mismo, lugar de Vilanova, hijo o nieto del primero de este nombre, descubridor del referido baño, pues me ha dicho muchas veces, además de lo que llevo expresado, que en aquel sitio o laguna del campo de Carballo, donde se halla la citada arqueta, había diferentes sitios de baños hechos para diferentes enfermedades, y aun para curar la sífilis, y adelanta más su noticia, que en dicho sitio y paraje a la manera que están soterrados los diversos baños que anuncia, ‘lo están también igualmente, un cesto o banasta, con los martillos, picos, palanquetas y más instrumentos con que los antiguos habían trabajado las obras y canales, que se hallan soterrados, y que dichos instrumentos eran de plata con otras más observativa a que no le he dado asenso, y sin embargo habiéndole replicado como sabía aquellas cosas, o quien le había dado noticia, respondió que de todo ello había papel o libro que lo decía, y que bien sabía en poder de quién se hallaba, y lo mismo decía de otras fuentes y sitios de grandes virtudes, el cual declarándolo a V. S. no será dificultoso el sacarlo, siendo conducente a su agrado que aunque parece cosa de sourel de su noticia se podría inquirir algo para el intento del misterio que se intenta, que es cuanto por ahora se ocurre a mi memoria y debo informar a V. S. Jornes y Octubre 2 de 1777. Pedro Calvo de Castro.