Árboles con extrañas funciones

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

. . FOTOS S. g.

Soportes varios, hornacinas, arcos decorativos o tablón de anuncios, todo vale mientras el tronco resista

10 dic 2016 . Actualizado a las 09:27 h.

En la recta de Rebordáns, en la parroquia pontecesana de Pazos, y a unos metros del límite con Langueirón, un eucalipto, seguramente el más alto en muchos metros a la redonda, acoge en su interior una hornacina con la imagen de una Virgen. A sus pies siempre hay flores. Ayer, hortensias, bien conservadas. la representación está protegida por un vidrio, cuya nitidez se ha ido perdiendo con los años, pero el interior se distingue sin problema. Es como una capilla. Nada que ver con la famosa de Begonte, en Lugo, esculpida por Víctor Corral en la hendidura de un castaño centenario, pero muy llamativa visualmente, único caso en la zona, y que fue colocada hace ya mucho por un vecino que no vive regularmente en el lugar, según explica otro de la parroquia limítrofe.

Este trabajo es uno de los escasos ejemplos de uso de los árboles para funciones que no le son propias. En este caso, exquisito, singular, seguramente debido a creencias u ofrecimientos personales. Nada que ver con el uso principal que se le suele dar a los árboles de gran porte, especialmente los pinos, situados al lado de una carretera: panel anunciador. Sobre todo durante el verano, es rara la vía de gran tránsito que no tiene uno con las fiestas de tal o cual parroquia. Los concellos prohíben el uso de equipamiento público, como marquesinas o contenedores, señales y papeleras, pero deberían extenderlo al patrimonio forestal, aunque se trate de propiedades privadas. Y eso podría extenderse incluso a quienes, sin consentimiento de los dueños, aprovechan pinos y castaños para hacer publicidad de maquinaria o de cotos cerrados.

Hay árboles que también se aprovechan para soportes muy variados. En el jardín de Carballo lleva meses (tal vez años) un cuadro eléctrico sobre un bidueiro, cuya utilidad es indudable, pero la ubicación, discutible. Seguro que hay otra manera de reducir el impacto visual y mantener la practicidad. No es el único caso: ejemplos similares se ven en numerosas romerías y fiestas, especialmente en el verano.

Los árboles cumplen en numerosas ocasiones funciones decorativas. Hay pueblos a los que les cuesta más aceptarlos, con vecinos que protestan ante las primeras caídas de hojas si son especies caducas, pero todo se andará, como pasa en media España y en toda Europa. A veces, esa función decorativa se amplifica y el resultado es, por ejemplo, el arco creado junto a la iglesia de Erbecedo, en Coristanco, con la unión de dos carballos. Llamativo es un adjetivo que se queda corto.

El árbol más aprovechado es el de otra iglesia, la de A Vila de Abade, en Tordoia, limítrofe con Rus-Carballo y casi con Cerceda: un carballo centenario situado a las puertas del templo que acoge, desde hace más de medio siglo, una campana que ya no toca, pero que llama la atención. Y, en el tronco, con un espacio amplio para el tablón de anuncios. También abriga de la lluvia, da sombra y ofrece una imagen muy bella de la iglesia y del cuidado camposanto, rodeados ambos por un viejo muro de piedra con línea roja para que aparque el casi centenario cura.