Esta no es «una larga enfermedad»

m. rey CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

josé manuel casal

Nueve años después de vencer al cáncer, Araceli Suárez cuenta su experiencia para ayudar a otras mujeres

20 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

A veces, para romper tabús, son necesarias cifras. En España muere menos gente por cáncer de mama que por neumonía. Según el Instituto Nacional de Estadística, en 2014 fallecieron 8.445 personas a causa de la neumonía, bien es cierto que a veces agravada por otras dolencias. Los tumores de mama se llevaron menos vidas, pero no pocas. Fueron 6.325. 94 hombres y 6.231 mujeres. Pero para comprender realmente algunos problemas, más allá de cifras, hacen falta caras, nombres e historias, como la de Araceli Suárez.

Lo esencial, después de todo, es que hoy Araceli puede contar su historia y hacer una vida completamente normal. Pero también es cierto que en 2005, un cáncer de pulmón le arrebató a su hermana. Y que dos años después, la neumonía fue, de repente, un problema menor para Araceli. Le hicieron una radiografía para ver cómo evolucionaban sus pulmones, pero en ese momento encontraron algo más. «Viron que había uns pequenos nódulos no peito. Entón xa pediron unha nova análise e detectaron unhas calcificacións», recuerda.

La biopsia confirmó el temor de Araceli. Estaba en una edad de riesgo (53 años). Había que actuar. Dentro del mal trance, se encontró con una noticia buena y con otra menos buena. Lo positivo, que no tendría que enfrentarse ni a la quimio ni a la radioterapia. Lo peor, que había que hacer una mastectomía. Fueron momentos complicados, pero la ayuda de quien la acompañó en la lucha fue lo que decantó la balanza. Por una parte, los profesionales sanitarios. «A atención foi marabillosa, desde os médicos ata os auxiliares. En poucos días operáronme, e tratáronme sempre cun cariño, cunha claridade...». Y por otra parte, la familia y los amigos. «Estiveron sempre ao meu lado. Coas curas, indo ás revisións, animándome... Foron moi importantes».

Después de extirpar el tumor, hubo tres operaciones más para reconstruir el pecho. Cuando la incertidumbre anegaba todo, a Araceli no le preocupaba eso. «O que quería era vivir». Pero cuando las perspectivas mejoraron, rebrotó la preocupación. «Cando te curas empezas a pensar en que estás sen él, pero os cirurxiáns, os médicos e a familia axudáronme a ver que iso tamén tiña solución». Al cabo de un año, el cáncer ya era pasado. Ahora solo quedan las revisiones anuales. Sin embargo, Araceli quiere ayudar a que más personas sigan hablando en pasado de la enfermedad, y para ello colabora con la junta local de la AECC en Carballo.

¿Qué se puede decir a la gente que tenga que pasar por lo mismo? «Por favor, ao mínimo síntoma, que vaian ao médico. E falar só cos especialistas. Nada de buscar por Internet nin cousas así».

Aunque a primera vista, y por suerte, la vida es felizmente normal, han cambiado algunas cosas. «Dáslle importancia ás cousas que realmente a teñen. Ves que non paga a pena complicarse por determinadas situacións». Al final, de alguna manera, en parte hay un cambio para bien.

Cada año, la probabilidad de sobrevivir a un cáncer de mama crece un 1,4 por ciento. Hoy en día, el porcentaje ya llega al 83 por ciento. «Cando estás tratándote, coincides con moitas máis mulleres que están pasando polo mesmo. E cando te curas, catro ou cinco anos despois, coincides con elas de novo nas revisións, e ves que todo vai ben. É unha alegría enorme».