El mildiu arrasa campos enteros de patata en la zona de Bergantiños

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

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Algunos técnicos ya aprecian resistencia a los fungicidas habituales

26 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hacía años que no se producían en la comarca Bergantiños ataques tan virulentos de mildiu, que ya ha arrasado campos enteros de patatas en varias parroquias, y que obliga a la realización de tratamientos hasta con el triple de frecuencia que en la cosecha del pasado año.

Las condiciones meteorológicas son las ideales para que la plaga se esté desarrollando con total facilidad. La temperatura es alta y la humedad muy elevada, pero lo que más preocupa a los técnicos es que se aprecia resistencia a los fungicidas habituales.

Actualmente en algunos campos ya se aplican tratamientos semanales, cuando lo normal es hacerlo cada 15 días o a los 20, cuando no se dan las circunstancias para que el hongo afecte a las plantas. De hecho, este año, el daño es tan grande que no solo el mildiu se detecta en las hojas, sino que afecta también a las ramas y el tallo, hasta destrozar completamente la planta, lo que impide el desarrollo de los tubérculos. Este año se espera una cosecha muy escasa, tal vez peor que la del año pasado, que fue pequeña a causa de la sequía.

Precios más altos

La patata nueva de Coristanco llegó hace un par de semanas a tres euros en A Coruña y a dos en Carballo, precios muy por encima de los habituales, debido especialmente a las dificultades para sacar adelante las plantaciones. La campaña comenzó más tarde de lo previsto y en unas condiciones difíciles. El mes de junio ya suele ser complicado por el mildiu, pero esta vez el ciclo del cultivo se ha alargado, lo que provoca mayores daños en las plantas. Juan Carlos García, que es productor y técnico, señaló que la mayor preocupación es que los ataques de mildiu parecen ser generalizados, incluso se están dando en otros países europeos. Recomienda vigilar de forma muy estrecha los campos, «entrando neles, para detectar as primeiras manchas», explica. El principal problema es que cuando el ataque se hace visible el daño ya es irreparable. Además, si se trata un campo de forma adecuada, pero no se hace lo mismo con el de al lado, las posibilidades de que el ataque se repita son mucho más elevadas.

En lo que va de campaña se han producido varios rebrotes importantes, que han dejado muy diezmadas las parcelas que están más desatendidas, pero también han obligado a los agricultores profesionales a redoblar sus esfuerzos.

«Este ano o mildiu está a poñernos a proba», señala Juan Carlos García, la misma situación que está viviendo José Antonio Pose, uno de los mayores productores de la comarca de Bergantiños.

Al hongo se le han añadido este año otras plagas, como la de escarabajo de la patata o la del pulgón. Sin embargo, estos dos insectos no están dando grandes problemas, ya que hay soluciones adecuadas para ellos.

Juan Carlos García señala que es fundamental utilizar bien los productos fitosanitarios. Hay fungicidas preventivos y otros de tratamiento y es fundamental utilizar los que convienen en cada momento. En la comarca de Bergantiños hay muchos campos de pequeños productores, que plantan para consumo propio y para vender los excedentes, pero también hay profesionales que pueden tener pérdidas muy importantes, sobre todo porque la necesidad de intensificar la lucha contra el mildiu incrementa notablemente los costes de producción, que ya son elevados.

Las consultas sobre el modo de terminar con lo que los agricultores de la zona denominan «peste» se ha multiplicado en las últimas semanas.

Muchas consultas

Casi todas las consultas que reciben los técnicos o los profesionales de las tiendas de productos fitosanitarios tienen que ver con el mildiu. Los labradores se están encontrando con muchas dificultades para sacar adelante la cosecha y desde algunas organizaciones sindicales, como Asaja Galicia, demandan investigación y ayuda técnica para hacer frente a uno de los brotes más virulentos que se recuerdan.

Los métodos de la agricultura integrada o ecológica no han sido capaces de resolver el asunto y algunos horticultores, como es el caso de Lucía Lorenzo, de Ponteceso, han perdido prácticamente la cosecha de este año y están teniendo dificultades para proteger el tomate, que también se ve afectado por el hongo, aunque en menor medida.

Algunos labradores reclaman ayuda profesional para hacer frente al brote de «peste»