Amar en tiempos concretos

Patricia Blanco
Patricia Blanco CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Ana Garcia

Joyerías, floristerías u hoteles notan la influencia de San Valentín, que se celebra hoy

14 feb 2016 . Actualizado a las 12:04 h.

El amor, como la tragedia, sobrepasa los tiempos. Toda actualización que se pueda hacer de él ya es clásica: ya existía, y no hay más vueltas que darle, pero se le dan. Cambian, eso sí, las épocas. A los protagonistas de aquella tan recordada (tele)novela les tocó amar en tiempos revueltos y, hoy, ahora, a las parejas les toca vivir el amor en tiempos concretos. Tiempos de nuevas vueltas de emigración, como es el caso de Raquel y Aldo. Tiempos de separación, de uno aquí y de otro allá. Tiempos de compañía sin mayores aspavientos por el 14 de febrero, como hacen Sheila y Venancio. Tiempos de lo instantáneo, de los emoticonos con amplio surtido de corazones, tiempos de sectores divididos acerca del amor o el odio por el San Valentín, una fecha para muchos «comercial» que no hace otra cosa que teñir de rojo y de consumismo los escaparates. En Internet incluso pueden encontrar guías para dejar de poner cara de hastío al 14 de febrero. Porque, sí, el mundo sigue celebrando el amor y, sobre todo, sigue hablando de él, dándole vueltas, incluya o no detalle en este día.

Sortijas, cenas, rosas rojas

De los tiempos concretos habla Pachi Pardo, responsable de la joyería Manuel María de Carballo. «É un tempo raro», señala. Notan la influencia de esta fecha y tanto compra el hombre como la mujer, aunque más él. Sobre todo, sortijas. «Vai repuntando, vai para arriba», cuenta. ¿El amor o el poder adquisitivo? «Inflúe todo», ríe. Hay quien economiza y quien prefiere algo distinto, único, porque la joyería tiene asimismo taller. Efectivamente, también se da el clásico: «Hai xente que se acorda a última hora e iso é o que máis choio dá».

Las cenas con baile son otra opción, tradicional. En la Costa da Morte, establecimientos como el Pastoriza vimiancés ofrecieron esta posibilidad y también el Hotel Insua de Cee. Allí, según cuenta su gerente, Ricardo Darriba, completaron prácticamente las habitaciones con un grupo de Ponferrada, todos ellos suscritos a una oferta de San Valentín impulsada por una agencia. Lo que quedaba también se llenó con parejas, al igual que las mesas. «Parece que si, que sigue tirando a data», apunta. Ellos y ellas, más allá del 14, se siguen enamorando. En la floristería Tropicana carballesa, según cuenta Esther Capelet, todo va más o menos como el año pasado. Ha tocado mal tiempo, y ello no anima a salir de casa, dice, pero las reservas y encargas se hacen igual vía telefónica y ello entregan lo que se solicite. «De momento, non falla», asegura. Más clásicos: la rosa roja, en su caso, es lo que triunfa. El producto mayoritario, sin lugar a duda, «diría que o 99 %». Algún tulipán también se vende, pero nada que ver. ¿Quién regala flores? «Hai de todas as idades, dende nenos a rapaces e matrimonios novos e tamén maiores», señala, incluyendo a esos «rapaces de 12 ou 13 anos que viven los primeros amores». Los hay incluso que envían a las madres, para no pasar la vergüenza. Sea San Valentín o no, el mundo rueda y estas cosas seguirán pasando. Hasta la ciencia dedicó estudios al amor (existe, con sus matices). Y, ya saben, la ciencia es seria.