La vida está en los parques

Santiago Garrido Rial
S. G. Rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Las áreas de ocio urbanas de Carballo rebosan a media tarde

03 oct 2015 . Actualizado a las 12:13 h.

A media tarde, con sol, sin frío y sin lluvia, la vida de Carballo está en los parques infantiles, por los que transitan miles de personas detrás o al lado de los principales protagonistas: los niños. El primero, el de siempre, es el que manda: el jardín. «Ás veces os nenos ata teñen que facer cola», cuenta Anabel Balo, que vive justo en frente, pero curiosamente prefiere desplazarse al de Rego da Balsa, precisamente para evitar esas aglomeraciones. «Este é dos mellores, aínda que cando vai calor abrásaste», añade. «E cando fai frío non se aguanta», comenta Macarena Esmorís, otra usuaria. Ambas coinciden que el Rego da Balsa es un buen lugar para estar tranquilos, con los niños, y socializar. Cando chega o frío, no inverno, son moitos os que van para o centro comercial, no fondo, para estar abrigados», añade Esmorís. Es otro lugar que, sobre todo algunos domingos, reúne a centenares de usuarios. Menos, tal vez, que los de O Chorís, que destaca sobre todo por los árboles alrededor. Alejandro Mourón, un usuario, señala que se está a gusto, pero necesita algunas reformas. Y que cuando llega el frío no hay donde abrigarse. La marquesina de al lado suele estar bien aprovechada. Es más fácil buscar cobijo en el del Eduardo Pondal (zona del Bergantiños), con numerosos bares alrededor, factor que aprovechan numerosos padres que dejan a los niños en una zona segura y de fácil control, además de bien comunicada. Y ayer, con mucho movimiento.

Jardín. El parque por excelencia. Idas y venidas constantes. Con sol, a veces parece idílico. Los jubilados prefieren situarse en la parte alta, junto a la palmera. Las cáscaras de pipas mandan en ocasiones en el suelo. Estos días -siempre en otoño-, las hojas que caen. El jardín es una explosión de vida que se va abriendo, ahora más gracias a la peatonalización de la calle Colón. Hay muchas ruedas (bicis, patines) y algún que otro balón.

O Chorís. Aparcar es fácil y no hay zona azul, lo que da más tranquilidad. Muchos árboles, muchos deportistas y bancos suficientes. Jubilados, pero no tantos como en el jardín del centro.

Anllóns. Para muchos sigue siendo el parque del barco, porque era la atracción principal. Conste que hay otro, pero parece medio hundido y sin la presencia del primero, que se fue deshaciendo. En su carril bici muchos niños han aprendido a leer. A veces puede juntarse hasta un centenar de personas, o más. Es también lugar de tránsito, y con el Pazo al lado (y todo lo que eso conlleva), más. Los atardeceres con sol, si no hace frío, son hermosos.

Rego da Balsa. El más grande, y el que precisa un pronto arreglo (el Concello acometerá este mes la mejora de los más de 40 que tiene en todo el municipio). Usuarios muy jóvenes, zona agradable para pasear, y una tirolina que incluso invita a los adultos. Algunos se lanzan cuando no hay nadie mirando.

Eduardo Pondal. La zona del Bergantiños es como una pequeña ciudad: en 20 años ha experimentado un bum que se traslada a su pequeño parque.