La última novedad que podemos ver en el entorno urbano del municipio de Carballo son los mensajes que en estos días se están pintando en los pasos de peatones, con muy diversos significados.
Sin entrar a valorar la cuestión estética, en la que la opinión que cada uno pueda tener es de lo más respetable, no me gusta la iniciativa en sí misma, no solo por resultar innecesaria formalmente, sino también por tres razones de fondo.
En primer lugar, porque reduce la seguridad de la vía, al ser un elemento no solo de distracción, sino también un elemento generador de dificultades para los vehículos de dos ruedas (la tendencia actual pasa por suprimir pintura en el asfalto).
En segundo lugar, porque los elementos decorativos contrastan, las más de las veces, con el estado de las vías en las que se enmarcan, en muchas de las cuales se aprecian los desconchones y deterioro de la propia pintura que delimita el paso de peatones.
Diferencias
Y en tercer lugar, finalmente, porque la actuación, como ya sucedió con los murales en las fachadas, sigue denotando un empecinamiento por vestir vías céntricas cuando otras situadas en zonas más radiales apenas cuentan con un aglomerado que no se repone ni repara desde hace años.