«Unha muller que fai deporte non é un home, é unha muller atlética»

Es responsabilidad de toda la sociedad generar un cambio que acabe con la desigualdad entre hombres y mujeres en el deporte, porque esta sí existe. Son precisas medidas concretas. Esas fueron las grandes conclusiones de la cuarta edición de Foro Voz, impulsada por La Voz y Radio Voz y celebrada en la noche del jueves en el Fórum carballés. Deporte e muller. Grandes metas ao alcalde de todos reunió a Marta Brañas, cuatro veces campeona de boxeo; María Bardanca, técnica de deportes en Malpica y exseleccionadora de fútbol sala; Mercé Barrientos, profesora y expresidenta de la Federación Galega de Taekuondo; Teresa Castro, médica y corredora y Milagros Lantes, vicealcaldesa de Carballo. Mujeres de alguna manera ligadas a la zona y alguna «da Costa da Morte por todos os costados», como se definió Barrientos, y que sembraron reflexiones y lanzaron la pelota para actuar a medios, Administraciones, patrocinadores y personas de a pie.

Quiénes somos. De dónde venimos. A dónde vamos. Este disco de Siniestro Total le sirvió a Barrientos para hilar su exposición. No se ha evolucionado tanto como parece. En Cuba, por ejemplo, está prohibido el boxeo femenino, expuso Brañas. Mercé, muxiana que aprendió con el tiempo que si luchaba como mujer podía conseguir lo mismo que un hombre (y mucho más), intenta concienciar a sus alumnos de que «deporte si, e cun máximo respecto pola identidade de xénero». Hoy, expuso Bardanca, una niña que quiera jugar al fútbol no va a tener problema para hacerlo, «pero o que me parece máis complicado é seguir practicando este deporte a pesar dos problemas que te poidas chegar a atopar». Antes, manifestó, las distancias eran más grandes y la sociedad, que aún no ha llegado al punto que debería, estaba algo más atrás en valores de igualda

Visión sesgada

«Cuarentona médica metida a corredora», bromeó Teresa Castro sobre su situación. «O deporte é disfrute. Se non, non vale», aseguró. Deporte, entendido como ejercicio físico (subcategoría de actividad física) con fines competitivos. «Coñezo moi poucas mulleres deportistas que poidan vivir do deporte. Se unha non quere profesionalizarse, ten todo o dereito, Pero se quere, tamén o debería ter», denunció.

Salarios, nivel de patrocinios y rango de reconocimientos (diferencias abismales entre la retribución monetaria para un mismo puesto en su versión masculina y femenina) saltaron a la vista durante la exposición de Barrientos. «Es impensable que una mujer pueda vivir del boxeo. En Estados Unidos, un hombre sí, pero una mujer no. Y la mejor boxeadora del mundo no gana ni la mitad que un hombre de nivel medio», manifestó Brañas. Para ella, de profesión militar y que parte a competir a EE.UU en estas jornadas, sería «imposible dejar ahora mi trabajo por el boxeo». También celebró que muchos deportes se estén dando a conocer.

Impracticable, sin interés, antiestético. Así concebía el deporte femenino el ideólogo del comité olímpico, expuso Barrientos. Hubo un tiempo en que las mujeres estaban relegadas a meras espectadoras, recordó Milagros Lantes, y fue obra de muchas (como la primera que corrió oficialmente el maratón de Boston, K. Switzer) luchar contra aquellas teorías, incluyendo la del «bioloxicismo». Hasta el 2012 no se obligó a todos los países a tener representación femenina en sus equipos. Pero el sexismo sigue estando ahí: «Moitas veces, no deporte feminino, non se quere transmitir deporte, senón unha visión sesgada. O queremos é que se nos valore como deportistas».

¿Impracticable? Demuestran que no las mujeres. ¿Sin interés? Menos. ¿Antiestético? Tontería. Chicas en deportes supuestamente de chicos, como muchos ven el fútbol o el boxeo, tienen cabida perfectamente. «Unha muller que fai deporte non é un home, é unha muller atlética», declaró Barrientos en contra de esos cánones que asocian su práctica con la masculinización.

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