Desde enero hubo al menos 2 alijos de cocaína, en Aviño y Os Muíños

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CAMARIÑAS

José Manuel Casal

Las primeras hipótesis apuntan a clanes arousanos en colaboración con grupos locales

21 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde que arrancó el año hubo, al menos, dos descargas de cocaína en la Costa da Morte. La primera se llevaría a cabo, según diversas fuentes, en la playa muxiana de Os Muíños en la madrugada del 22 al 23 de enero. El segundo alijo se realizaría a mediados de marzo en el arenal malpicán de Aviño. En ambos casos, una de las pruebas oculares de estos operativos son la existencia de numerosas marcas de ruedas de vehículos impresas en la arena y en los caminos de acceso a estas zonas de baño. Aunque fuentes conocedoras de estos dos casos confirmaron que hubo estos dos alijos. Se desconoce la cantidad exacta de droga descargada, aunque se habla de «varias toneladas».

Ambos operativos serían muy similares al efectuado en la madrugada del 11 al 12 de junio del 2016 en Arou (Camariñas), que concluyó con una planeadora de 18 metros de eslora, cuatro de manga y valorada en unos 200.000 euros, con la quilla al sol en Santa Mariña (Ponteceso), en las inmediaciones de la playa de Niñóns. No muy lejos de allí, en A Barda, fue arrestado en el 2006 el hijastro de Oubiña, David Pérez Lago, y su banda.

Tanto en el alijo de Os Muíños como en Aviño las primeras hipótesis apuntan a clanes arousanos, en colaboración con narcotraficantes locales. El modus operandi sería muy sencillo. Varios traficantes irían a bordo de una planeadora y abordarían a un mercante, que transitaría por el Corredor de Fisterra. La primera estiba se realizaría en alta mar y con el buque nodriza en marcha para pasar desapercibido y burlar las labores de seguimiento de Salvamento Marítimo y de la Guardia Civil. Previamente, la tripulación del mercante habría modificado el IMO, una clave internacional de registro digitalizada, antes de entrar en el Corredor, al tratarse de una ruta especialmente vigilada y controlada las 24 horas.

Una vez traspasada la droga a la planeadora, sus ocupantes pondrían rumbo a Os Muíños y Aviño, respectivamente, mientras que el mercante continuaría el rumbo en dirección a su destino definitivo. Al llegar la embarcación fueraborda a Os Muíños y Aviño, varias personas trasladarían, en cuestión de minutos, la carga, empaquetada en fardos, de la lancha a los vehículos que, posteriormente, marcharían a toda velocidad para almacenar la mercancía, o parte de ella, en un punto previamente señalado, hasta su transporte definitivo. En esta última fase de la logística, los narcotraficantes emplearían vehículos lanzadera, que advertirían de la presencia de patrullas de la Guardia Civil por la zona.

Mercado centroeuropeo

Todo apunta a que esta droga sirvió, en gran medida, para abastecer a consumidores de Centroeuropa, principalmente de los mercados de Holanda, Alemania, Francia, Reino Unido y las grandes urbes españolas, quedando un porcentaje pequeño para atender las demandas del mercado gallego y, también, como forma de pago en especie para los narcotraficantes locales, que colaboraron de forma activa en la logística.

La Costa da Morte es un punto estratégico. A finales de 2014 fue interceptado a unas 650 millas al oeste de Cabo Verde un buque nodriza, el Coral I, con unos 1.500 kilos de cocaína, que se iban a alijar en la Costa da Morte. Los GEO de la Policía Nacional, Vigilancia Aduanera y el Ejército del Aire frustraron aquel operativo.

Setenta kilómetros de recovecos y una docena de puntos calientes para realizar la estiba

Estas dos nuevas descargas ponen de manifiesto la importancia que tiene la Costa da Morte para los narcotraficantes como punto neurálgico de la logística. La falta de medios humanos y técnicos (apenas dos patrulleras para atender más de 250 kilómetros de litoral) y una costa sinuosa facilitan mucho estos operativos clandestinos.

Los narcos buscan zonas de playa resguardadas del viento del nordeste. Los clanes arousanos se apoyan en grupos locales por una cuestión fundamental: conocen a la perfección los cerca de 70 kilómetros de recovecos y las zonas de difícil acceso para una patrullera de las dimensiones de la Río Jallas o Río Andaráx.

Cualquier punto de la comarca es susceptible de ser objetivo de los narcos, pero hay una docena que sobresalen por ser áreas protegidas, de difícil acceso y que requieren de pericia especial a los mandos de una planeadora, que lleva motores que suman 1.500-2.000 caballos y que alcanza los 60 nudos de velocidad: Niñóns y su entorno, Nemiña, Arnela, Touriñán, Mar de Fóra, Carnota, O Pindo, Camelle, Santa Mariña (Camariñas), Arou y la costa malpicana son los escogidos.

Poca resistencia

La Guardia Civil opone poca resistencia: 140 agentes de la quinta compañía, con base en Carballo y dos patrulleras del Servicio Marítimo. Tampoco ayuda en estas labores de prevención las redes sociales. La presencia de la Río Jallas o la Río Andaráx en la Costa da Morte se conoce de forma inmediata entre marineros y narcotraficantes, que saben en tiempo real todos los movimientos que realizan los agentes.