Adiós a los coídos de la Costa da Morte

CAMARIÑAS

vidal romaní

Los visitantes que hacen milladoiros con piedras en Reira destruyen una playa creada hace 8.200 años

10 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay playas en la Costa da Morte en Galicia de un tipo muy particular, formadas, no por acumulación de arena, sino de cantos rodados o coios (en gallego). Las playas de cantos son típicas de costas con una dinámica muy enérgica. Pueden encontrarse en prácticamente todo el litoral aunque son más frecuentes en las áreas de acantilado abiertas a la acción del oleaje. Un caso especial son los coídos del tramo comprendido entre Cabo Vilán y Camelle. La actuación del Gobierno español después de la catástrofe del Prestige en el 2002 propició el arreglo del llamado Cemiterio dos Ingleses donde reposa, virtualmente, la tripulación del buque británico HMS Serpent naufragado en 1890. También se reparó la senda litoral añadiéndole un carril para ciclistas y peatones separada de la pista por unas vigas de madera. Quince años después de la catástrofe, los efectos del vertido de petróleo han desaparecido, pero uno de los males endémicos de Galicia, la falta de mantenimiento, ha degradado toda aquella costosa inversión que en algunos casos ha desaparecido por erosión. Aun así, el acceso hasta el Cemiterio dos Ingleses en Praia de Trece se mantiene en bastante buen estado y los visitantes frecuentan la zona incluida en Red Natura, aunque teóricamente solo se protege la vegetación, pero no el resto del patrimonio natural, en especial los coídos que en los últimos tiempos se han convertido en el blanco de artistas naïf, estilo Man, el alemán de Camelle. En el coído próximo al Cemiterio dos Ingleses se construyen ahora torres de cantos. Los artistas espontáneos ignoran que están destruyendo una playa que se formó hace 8.200 años durante una breve subida del nivel del mar por lo que es una parte importante de nuestro patrimonio científico y cultural. Como el nivel del mar sube inexorablemente si nadie advierte a los visitantes que lo que hacen es un delito habrá que esperar a que la fuerza de las olas ponga de nuevo las cosas en su sitio, lo que ocurrirá en menos de 100 años.

(*) Juan Ramón Vidal Romaní es geólogo, catedrático de la Universidad de A Coruña.