El encaje se pone el reto de atraer inversores para garantizar el futuro

Juan Ventura Lado Alvela
J. v. Lado CEE / LA VOZ

CAMARIÑAS

Ana Garcia

La marca de calidad en el 2017 y la declaración de patrimonio son los otros objetivos

11 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El encaje, como volvió a ponerse sobre la mesa ayer en la Festa da Palilleira de Camariñas, tiene ante sí tres retos fundamentales en la siempre difícil tarea de poner el producto en valor, tanto a nivel económico como de reconocimiento: la atracción de inversores, la declaración de patrimonio inmaterial de la humanidad y la puesta en marcha de la marca de calidad.

Para el alcalde camariñán, Manuel Valeriano Alonso, el primero es su objetivo fundamental en relación con esta artesanía y espera verlo alcanzado antes de dejar el cargo. «Ese sería o verdadeiro salto cualitativo. Hai que darse de conta que polo mundo adiante hai xente que paga un ou dous millóns de euros por ter o mellor coche, por viaxar a determinado sitio, polo que sexas. Polo tanto, como non o vai pagar por unha artesanía tan singular. Temos que pensar que un oleiro, por exemplo, cando comeza a facer unha cunca ou que sexa, ao momento xa ve o que está facendo. No encaixe teñen que pasar días e días para ver algo, porque nunha xornada enteira igual avanzas cinco centímetros como moito», reflexiona el regidor. De ahí que considere tan importante la entrada de la industria de la moda, para tener perspectivas de futuro.

Para lograr la declaración patrimonial, desde Camariñas trabajan con los concellos de Portugal e Italia a los que están ligados, ya que tratan de alcanzar la máxima participación posible para presentar una propuesta con la fuerza suficiente. Alonso considera que hay que explicarle al mundo el mérito que tiene dedicarse a algo así a sabiendas de que tu laborioso trabajo va a ser «maltratado, malvendido e mal valorado polos que non temos nin idea».

En cuanto a la marca de calidad, la gran asignatura pendiente desde hace ya décadas, que tiene implicaciones bastante profundas, como la de hacer emerger mucha economía informal, la teniente de alcalde y concejala delegada de la Mostra do Encaixe, Sandra Insua, dice que si no la sacó adelante antes «é porque estivemos todo o ano cos orzamentos prorrogados e así non puiden facer ningunha modificación, porque fai falta certo gasto, como contratar unha empresa de control de calidade, que se vai se cadra aos 30.000 euros. Agora ben, en canto teñamos o presuposto do 2017 vai ir adiante. O que máis medo me metía, que era consensualo coas palilleiras e poñelas de acordo xa está feito. Saben en que consiste e máis saben que ten que ser», asegura la concejala.

Aunque recurrente esta declaración de objetivos es común al conjunto del sector. En la última reunión de encajeras de Vimianzo, el alcalde, Manuel Antelo, se refería a lo mismo, a «facer do encaixe un sector económico». Y es que, mientras como afición esta actividad goza de muy buena salud -cada día son más las personas que se apuntan en las escuelas y se inician en el palillo de manera lúdica-, a nivel comercial los problemas son los de siempre: no se paga el producto en función del esfuerzo que cuesta crearlo.