La solidaridad vimiancesa con Siria se mide por toneladas

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. lado CEE / LA VOZ

CAMARIÑAS

Los voluntarios revisaron hasta la fecha de caducidad de los alimentos y clasificaron todo.
Los voluntarios revisaron hasta la fecha de caducidad de los alimentos y clasificaron todo. j. m. casal

En apenas dos semanas juntaron 3.200 kilos de material

30 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Flotaba en el ambiente que algo había que hacer porque el drama es gigantesco y a medida que pasan los meses adquiere tintes de genocidio. Cada uno, después de ver las dantescas imágenes que llegan desde la propia Siria, de Grecia, de Turquía y de otros puntos del Mediterráneo, sentía la necesidad de actuar. Se juntaron un pequeño grupito, media docena, la gran mayoría mujeres, y en apenas dos semanas han movilizado ya no solo el Ayuntamiento de Vimianzo, sino también los vecinos porque enseguida llegó apoyo de Zas, Camariñas y Dumbría, entre otras localidades.

Este jueves por la tarde, al mirar la báscula que le prestó una panadería y hacer las sumas, incluso las propias promotoras quedaron impresionadas. Habían conseguido juntar más de 3.200 kilos de material repartidos en cajas, todo ello exhaustivamente revisado y clasificado para facilitar la tarea a Alhambra Internacional, la ONG que las enviará a los campos de refugiados en contenedor desde el puerto de Barcelona. Hasta allí se las hará llegar, también de manera altruista, la Fundación Seur, probablemente en los próximos días.

«Sabemos que isto só é un graíño de area, porque por desgraza parece que a situación se vai prolongar meses, pero a verdade é que estamos orgullosas porque foi algo bonito porque demostra que a xente de aquí nos mollamos e que somos sensibles cos problemas dos demais» señala Paula Mouzo, una de las promotoras, que tiene miedo de que se le olvide alguien en la extensa lista de agradecimientos.

Ayuda de todos los ámbitos

Les ayudaron asociaciones, los párrocos, muchas empresas, con productos, cajas, material de embalar... Las trabajadoras de la Casa da Cultura estuvieron dispuestas en todo momento para recibir los paquetes que iban llegando y el propio Concello, además de cederles el espacio también se ha ofrecido a aportar personal para cargar el camión, que a buen seguro hará falta para dar cabida a toda la mercancía. Además, numerosos vecinos a título particular se fueron sumando a las donaciones y a las tareas. «Un dicía: ?pois eu podo pola mañá?, outro: ?eu vou pola tarde?, e así foi un montón de xente a que nos botou unha man porque había bastante traballo. Abrimos as bolsas e as caixas unha a unha e fomos clasificando todo: roupa de home, de muller, de neno, medicinas, biberóns, produtos de hixiene... Incluso revisamos a data de caducidade dos alimentos», detalla Mouzo, quien considera que así le facilitan a la ONG la tarea de enviar antes las cosas que son más necesarias, como los artículos para los niños, la ropa de verano, los productos sanitarios y los alimentos.

Eso sí, además de trabajar y convertirse en canalizadores de la solidaridad de los vecinos, entre todos los participantes reinó una misma idea, la de que la solución pasa por acabar con las guerras y devolverle a estas personas su vida y su dignidad.