Los mariscadores consideran que el sistema de análisis les hace más daño que la toxina

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CAMARIÑAS

El retraso entre pruebas y resultados les obliga a perder días hábiles y a devolver al mar producto que ya habían extraído

25 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Entienden que probablemente no haya otra manera de hacerlo y que en los últimos años se ha mejorado de manera considerable, pero los mariscadores de la zona están convencidos de que el sistema de análisis empleado por el Intecmar, el laboratorio profesional del que depende todo el sector, les perjudica tanto o más que la propia toxina.

Los factores son múltiples, como el empleo de especies de referencia que, en algunos casos, nada tienen que ver en concentración de tóxicos con la variedad que se pretende comercializar. Sin embargo, lo que más critican los mariscadores son los propios plazos establecidos que hacen, por una parte que las zonas estén cerradas cuando no hay toxina y, por otra, que se pueda extraer un producto que, a la postre, se demuestra que no estaba en condiciones y hay que devolverlo al mar. En este caso el daño es doble porque se pierde el trabajo y el marisco está «trasteado». Esto significa que se ha movido, pasado por depuradora con lo que, muchas veces, ya vuelve al mar sin vida o muere una vez depositado.

Uno de los casos más alarmantes, por número de afectados y por tiempo improductivo, es el de Camariñas. Finalmente ayer e las cinco de la tarde, según informan desde la cofradía, les indicaron que las muestras del lunes y del miércoles -hay que encadenar dos seguidas para abrir la zona- les permitirán ir a trabajar el lunes, por la mañana temprano, que así obliga la marea.

Por tanto, ha pasado una semana entera en que la presencia de toxina no habría sido un impedimento ya que así lo han demostrado los análisis, pero el propio funcionamiento burocrático ha imposibilitado la actividad.

El cierre se extendía ya desde el 30 de junio, con lo cuál ha pasado prácticamente un mes entero sin que los profesionales pudiesen ir al mar. Concretamente el que debería ser el mejor del año junto con el de agosto, que centra ahora las esperanzas del sector.

Además, esta situación llega después de dos años enteros sin recursos debido a los efectos de los temporales en el fondo marino y a otra larga época en la que sí había abundante cría de berberecho, pero, dado su pequeño tamaño, obligó a parar de nuevo. Por tanto, 69 mariscadoras a pie y otros 50 a flote han atravesado por una situación verdaderamente desesperante.

Caso similar es el que atraviesan los mariscadores de la ría de Corme y Laxe, una docena de trabajadoras que en esta época deberían estar despachadas para la navaja. La afectación para ellos, según cuentan también desde la cofradía local, es incluso mayor que para los de la zona de Fisterra, porque son muchos menos los meses que pueden acceder al producto en mar abierto, en la playa de Laxe, ya que a partir de agosto apenas sale navaja.

A todo ello hay que sumar también los problemas de la flota de bajura, que se manifiesta hoy a las 10.30 desde Fisterra a Corcubión.