Tres de los últimos incendios en la comarca fueron intencionados, lo que dificultó su extinción

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO /LA VOZ

A LARACHA

BASILIO BELLO

Entre el sábado y ayer se produjeron 7 fuegos forestales, todos ellos intencionados

27 jun 2017 . Actualizado a las 13:58 h.

El primer fin de semana del verano se saldó con siete incendios forestales, registrados en Corcoesto, O Castro (Muxía), Vilaño (A Laracha), Cerqueda, O Monte do Carme (Carballo) y Couso (Coristanco). Tres de ellos se registraron el sábado y los avisos se produjeron en un intervalo de media hora. La primera alerta se registró sobre las cuatro y cuarto de la tarde en Amboade, en la parroquia larachesa de Vilaño. Los equipos de extinción lograron sofocar rápidamente las llamas, originadas en las proximidades de varias casas.

Justo cuando los operarios de Medio Rural completaban las tareas se produjo el segundo aviso. Eran las cinco menos veinte de la tarde en Corcoesto. Los equipos de extinción acudieron raudos y veloces hasta A Ponte do Sabarido, que separa la parroquia pontecesana de Langueirón y la cabanesa de Corcoesto. Allí les esperaba el personal del Grupo de Emerxencias Supramunicipal (GES). El fuego se había originado en la parte inferior de la ladera de un monte y el viento lo empujaba hacia la capilla de Santa Mariña. Al comprobar la virulencia del incendio, fueron alertados los compañeros del quinto distrito, en Vimianzo. Pero les fue imposible mandar personal y maquinaria de apoyo. Sobre las cuatro y diez de la tarde se había dado la tercera alerta de la jornada: el fuego había hecho acto de presencia en O Castro, en la parroquia muxiana de Coucieiro.

Mientras que el siniestro de Muxía quedó controlado en unas tres horas, tras arrasar dos hectáreas de monte y el sendero de acceso a las caldeiras do río Castro, el de Corcoesto mantenía una gran virulencia. Beneficiado por la sequedad del terreno, el calor y el viento, las llamas calcinaban todo aquello que encontraban a su paso.

Más medios

Los medios enviados inicialmente a Corcoesto resultaron insuficientes. Sobre las siete y veinte de la tarde, llegaron los refuerzos procedentes de Muxía. En total, cinco agentes forestales, diez brigadas, dos motobombas, una pala retroexcavadora y dos helicópteros. Dada la complicada orografía del terreno, los equipos establecieron un perímetro de seguridad con la retroexcavadora. Estas labores quedaron completadas sobre las nueve de la noche. A las dos y media de la madrugada se dio por extinguido el incendio tras quemar, según Medio Rural, 15 hectáreas de monte raso y arbolado (según otros testigos directos del desastre fueron 33 las hectáreas calcinadas). Personal de la Xunta quedó de retén toda la noche y parte del domingo por si se reavivaba el fuego. El de Corcoesto ha sido el primer gran incendio forestal en lo que va de 2017.

Pero esta oleada de fuegos se trasladó al domingo. El primer aviso, sobre las cinco de la tarde en Cerqueda (Malpica), que quedó extinguido en poco tiempo. Y sobre las ocho y media de la tarde hubo otros dos incendios forestales, en Carballo. El primero en la parte alta de O Monte do Carme. Tenía dos focos. Cuando los brigadistas de la Xunta, junto con los bomberos de Carballo, terminaban las labores, se avistó un segundo fuego, en la parte de abajo de O Monte do Carme, junto a las antiguas instalaciones de Placasa. Entre los dos siniestros se quemaron 0,2 hectáreas de monte.

Sobre las dos y media de la madrugada de ayer se contabilizó el último aviso. Fue en Couso (Coristanco). Los equipos de emergencias tardaron casi seis horas en extinguirlo y ardieron 3 hectáreas de monte raso y arbolado. Todo apunta a que estos siete fuegos fueron intencionados.

Aniquilamiento

El que pretenda sacar ventajas de un incendio está equivocado. El fuego es muerte y, más tarde o más temprano, las consecuencias serán las acordes al aniquilamiento que lleva consigo el fuego destructor. La guerra no es si hay o no medios suficientes, pues contra la maldad del incendiario jamás llegarán. Lo que hay que evitar son las causas que los producen. Trabajar con denuedo para impedir las condiciones que propicien el fuego.

Desesperación por los continuos avisos procedentes de O Monte do Carme

Enfado, y mucho, es el que tienen los equipos de emergencias por los continuos avisos de incendios forestales en el entorno de O Monte do Carme, uno de los de mayores incidencias de la Costa da Morte. Este domingo brigadistas de la Xunta y bomberos de Carballo tuvieron que sofocar dos incendios, uno de ellos con dos focos, casi de forma simultánea. Por suerte, los daños medioambientales fueron mínimos, pero las alertas no dejan de producirse. Ya el jueves un contingente tuvo que sofocar las llamas en esta zona del extrarradio carballés.

O Monte do Carme y su entorno es uno de los puntos de la Costa da Morte que más incendios forestales contabiliza en los últimos años. El verano pasado, y en un plazo de una semana, los brigadistas de Medio Rural, los bomberos y voluntarios de Protección Civil de Carballo llegaron a intervenir en una decena de puntos, lo que ha suscitado las quejas, críticas y el malestar por parte de los profesionales de emergencias.

«A xente segue sen aprender do de Portugal, prende lume como se nada»

Brigadista experto y conocedor como nadie de la Costa da Morte, este profesional de los servicios de emergencias, que prefiere mantenerse en el anonimato, explicó los pormenores de la primera oleada de fuegos forestales del verano en la comarca. «Todos eles, absolutamente todos, foron intencionados. Orixináronse preto de estradas, como o de Corcoesto, e o vento empuxou as lapas cara arriba. Foi moi complicado apagalo», apuntó. Tampoco ayudó el hecho de que, casi a la misma hora, se había producido el aviso del fuego en O Castro, Muxía. «Tivemos problemas para controlar o de Corcoesto porque todos os medios do distrito de Vimianzo estaban en Muxía. Soamente cando remataron alí puideron vir ata Corcoesto e así foi como comezamos a traballar para combatelo», dijo.

Esta primera tanda de sucesos llevó a este brigadista a realizar esta reflexión: «A xente segue sen aprender do que pasou en Portugal estes días, prende lume como se nada, sen pensar no perigo, nas consecuencias. En Vilaño foi nunha finca sen limpar preto das casas. En Corcoesto, preto da estrada. Non hai conciencia do dano que se fai e do perigo ao que expoñen aos brigadistas, voluntarios e veciños».

Sobre la rapidez con la que se extienden las llamas, este profesional lo achaca «a que non se limpan as fincas e os montes, aínda que hai que dicir que o de Corcoesto non estaba tan mal. Pero o abandono é evidente e o risco de incendios está aí».

Este profesional también habla de limitación de medios y espera como agua de mayo la entrada «a partir do 1 de xullo» de los brigadistas contratados de forma temporal por la Xunta, además de los que habiliten los concellos de la Costa da Morte en materia de prevención y extinción.