Tamar Novas: «La mayoría de los actores no viven de su trabajo, soy un gran afortunado»

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

SANDRA ALONSO

El Roque de «Fariña» y el Yago Castro de «Allí abajo» ha pasado unos días de la Costa da Morte: habla Tamar Novas

09 sep 2018 . Actualizado a las 22:28 h.

A Tamar Novas (Santiago de Compostela, 1986) lo descubrió José Luis Cuerda cuando buscaba niños para La lengua de las mariposas, con Fernando Fernán Gómez. Desde entonces no ha parado. Ha sido chico Almodovar, con Los abrazos rotos, y ganó el Goya al mejor actor revelación por Mar adentro. Últimamente ha sido Roque en Fariña y ahora es Yago Castro en la serie Allí abajo. Viaja a menudo a Galicia. Este verano ha estado también en la comarca.

-¿Qué zonas de la Costa da Morte ha visitado durante este verano y qué es lo que estuvo haciendo por aquí?

-Siempre que voy a Galicia y tengo tiempo me gusta visitar a Costa da Morte. No especificaré, porque la lista de rincones sería interminable, y por mantener el secreto de algunos, puro egoísmo (risas). A Cee, y a Nemiña, voy a visitar a mi gran amigo Rubén Prieto (es el director de la escuela de surf Costa da Morte en Nemiña).

-Buena parte de los que van a Nemiña o a otras playas de este tipo de la comarca son amantes del surf. ¿Es ese su caso?

-Yo más que amante del surf soy voyeur, y espectador… Tengo pendiente aprender.

-En la película sobre la historia de Elisa y Marcela que dirige Isabel Coixet interpreta usted el papel de un mozo de Dumbría. ¿Podría contar algo más de su papel en la producción?

-La película de Isabel tiene mucha poesía y misterio, prefiero no contar mucho, la historia en que se basa es muy conocida y en manos de Isabel creo que va a ser maravillosa

-Hablando precisamente de Dumbría, ¿conoce la cascada de O Ézaro?

-Yo las fervenzas las conozco bien. De hecho hace un año llevé a colegas de Madrid allí, la última noche de una despedida de soltero. Brindamos en las rocas, muy cerquita de la cascada. Fue muy especial.

-En la Costa da Morte se celebra bastante la festividad de San Roque y usted ha sido Roque en dos ocasiones, en La lengua de las mariposas y, más recientemente en Fariña. ¿Fue casualidad?

-Quiero pensar que hay meigas buenas que me hacen llamarme Roque en la ficción, porque en ambos casos fueron un regalo de personajes. San Roque es muy especial por las fiestas de Melide. Mi familia por parte de madre es de allí, y por parte de mi padre, de Figueroa, que está entre Arzúa y Melide.

-Hablando de nombres, ¿de dónde viene el de Tamar? Gallego no parece.

-Tamar es un nombre hebreo, más común en mujeres… De hecho no conozco ningún Tamar hombre, conozco un Itamar, un colega israelí que me dijo que mi nombre en hebreo es de mujer, que Itamar es la forma para hombre, pero yo digo que Itamar es tan solo la versión Apple de mi nombre… Lo cierto es que mi madre es vasca, y su hermana lo escuchó allí, y les gustó…

-De un tiempo a esta parte, los temas gallegos (que muchas veces son universales) parece que interesan más en el cine y la televisión . Hay un buen puñado de actores gallegos de gran calidad y que se están haciendo muy conocidos. Es un fenómeno relativamente reciente. ¿Por qué cree que está ocurriendo esto?

-Yo, sin tener ni idea de la razón real, siempre digo que se debe a que en Galicia contamos muchas historias, muchos cuentos… Y que por eso los actores gallegos, y los irlandeses, son los mejores (risas).

-¿Echa de menos Galicia? ¿Es necesario marcharse de aquí para poder trabajar, sacar adelante una carrera e incluso triunfar?

-Triunfar para mí es poder trabajar y viajar con el trabajo, y seguir yendo a Galicia con frecuencia a ver a mi familia. Y no creo en fórmulas. Yo me vine a Madrid para estudiar el último año de carrera, con el dinero de una beca me pude pagar la vida aquí, me salió trabajo como actor al poco de llegar, lo compaginé con la universidad y los estudios de interpretación, y me enamoró Madrid también, y llevo once. Es una gran suerte, la mayoría de los actores no viven de su trabajo, soy un gran afortunado. He podido volver a Galicia por trabajo, y me encantaría seguir volviendo.

Para cotillas

¿Mar o montaña? Hay paellas de mar y tierra, por qué elegir.

¿Un debilidade gastronómica? De pequeño pasaba los veranos con mi abuela, y me despertaba con el olor a patata cocida que ella me preparaba para desayunar, con huevos pasados por agua, aceite de oliva y sal. Todo mezclado y aplastado con el tenedor. Es un plato de andar por casa sagrado para mí.

¿Cuál ha sido la última película que ha visto? Ayer me vi dos documentales, uno sobre James Gandolfini, y otro sobre Nadal y Federer, que se llama “Strokes of Genius”, buenísimo.

¿El último libro que ha leído? A simetría das bestas, de mi amigo Alberto Ramos, buenísimo.

¿Un lugar para descansar y no hacer nada? Si alguien tiene un barquito, que me lo preste y se lo cuido mientras estoy fondeado en un sitio tranquilo....

¿Para unas vacaciones activas?

Nueva York .