«Antes me gustaba más tocar sola, ahora con otros, es como conversar»

Montse García Iglesias
Montse garcía SANTIAGO / LA VOZ

CARBALLO

xoan a. soler

La pianista Haruna Takebe dice que en Santiago se puede estudiar música a nivel profesional antes que en Japón

20 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La pianista Haruna Takebe nació en Shikoku, «una isla pequeña cerca de Hiroshima», explica para que todos puedan situarla en el mapa. Sin embargo, ya se siente una compostelana más desde que hace siete años llegó a la ciudad. «Me siento muy cómoda, las costumbres son muy similares, también se come mucho pescado, la zona en la que nací se parece a la de O Grove...», enumera Takebe, que se ha convertido en una habitual sobre los escenarios de la ciudad y del resto de Galicia. El último recital lo ofreció precisamente este martes en solitario en el Paraninfo de la Universidade, pero también ha acompañado en conciertos a la Real Filharmonía de Galicia y a la Orquesta Sinfónica de Galicia, además de colaborar con formaciones de cámara como Airas Ensemble, Artemis o Vertixe Sonora. También trabaja con la Escola de Altos Estudos Musicais, donde acompaña a los alumnos con el piano.

Takebe explica que cada vez le motiva más interpretar junto a otros músicos. «Antes me gustaba tocar sola, pero ahora hacerlo con otros, es como una conversación». Comenzó a tocar con cinco años, pero a los trece años decidió parar. «Ya no quería seguir», afirma. Sin embargo, dos años después, la música se cruzó de nuevo en su camino. El coro de su colegio no tenía pianista para acompañarlo y fue ella la encargada. Finalmente, ganaron el primer premio de un concurso de la provincia. Entonces, un profesor de secundaria la convenció para regresar. Ya no abandonó más el piano desde entonces. Estudió en Tokio, Berlín y Ámsterdam, donde conoció a su marido, otro músico gallego. Y aunque regresó a Japón, hace siete años tomó la decisión de asentarse en Galicia. «Antes hablé con Kiyoko Ohashi, violinista de la Real Filharmonía, y me dijo: ‘Aquí llueve muchísimo’», evoca sobre la conversación con su compatriota, poco antes de hacer las maletas.

Pronto su música logró hacerse un hueco en la agenda de Santiago, una ciudad que, recuerda, se hermanó con Shikoku, porque también tienen un camino que une 88 templos. A lo largo de su trayectoria musical, explica que tiene dos recuerdos imborrables. Uno, en el 2014, con la Real Filharmonía de Galicia. «Fue el primer concierto que ofrecí con una obra de un compositor vivo», asegura. Era el año 2014 e interpretó piezas de otro japonés, Toshio Hosokama. «Además, él asistió a verlo», añade. El otro recuerdo fue el primer concierto en Santiago. Fue a los seis meses de llegar. La primera parte estaba acompañada de un quinteto y después en solitario. «Pensaba que no iba a venir mucha gente y salí al escenario y estaba lleno», rememora.

En cuanto a la música, subraya Haruna Takebe, no hay grandes diferencias entre su país natal y Galicia. Eso sí, indica que la mayor fortuna es que aquí «con siete u ocho años los niños ya tienen la suerte de poder estudiar profesionalmente música». Señala que en Japón no hay conservatorios y la enseñanza a estas edades pasa por academias privadas. Takebe, además, ve interés por la música clásica en Santiago. En ese sentido, recuerda el público que respalda a la Filharmonía cada semana y, además, también le sorprende el interés por la música contemporánea, «donde es difícil conseguir público y aquí sí vienen a los conciertos del CGAC». Precisamente, en este campo ha puesto su mirada para el futuro a medio plazo, así como en un proyecto de Schubert, ya que ahora parte de su tiempo lo absorbe su papel de madre de una niña de poco más de un año.

DNI. Haruna Takebe. Reside en Santiago desde hace 7 años. Amplio currículo. Colabora con la Filharmonía y la Sinfónica de Galicia. A lo largo de su trayectoria, además de en Japón, ha ofrecido conciertos en varios puntos de Europa, como Alemania, Holanda, Inglaterra, Francia e Italia.