El entorno de Moraime clama por inversiones, pero al menos el hotel de la rectoral se reactiva

s . g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

josé manuel ferreiro

El promotor de la rehabilitación del antiguo monasterio confía en que los trabajos puedan estar listos en mayo

21 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Por historia, arquitectura y valor artístico, Moraime es uno de los mejores conjuntos patrimoniales de la Costa da Morte. Pero también de los más olvidados durante decenios, a pesar de ser Bien de Interés Cultural desde 1972, el año en el que Chamoso Lamas y otros arqueólogos realizaron unas excavaciones que dejaron al descubierto restos romanos y enterramientos visigodos, al margen de otros hallazgos en otros momentos. Antigua abadía, de la que queda en pie la iglesia con unas pinturas que luchan por subsistir, su devenir está ligado al rey Alfonso VII de León, que luego lo fue de Castilla y V de Galicia, entre otros episodios históricos que dan para un libro de grueso volumen. También es parte de su historia haber quedado sin piezas por robo o desplazamiento a otros lugares de interés, o por tener una fuente romana cuyos restos están desperdigados.

Buena parte de ese pasado ya se está recuperando con las recreaciones medievales que cada año organiza el Concello, aunque necesita una intervención más profunda y multidisciplinar. El alcalde, Félix Porto, señaló ayer que es uno de sus objetivos clave para lo que queda de mandato, aunque prefirió no concretar los detalles ya que está en pleno proceso de negociación. En todo caso, se mostró optimista sobre su futuro a corto plazo.

También son buenas las perspectivas para el hotel de lujo que tendrá la rectoral, integrada en el conjunto de Moraime. En el año 2006 se anunció un proyecto de reforma que ha sufrido varias vicisitudes (retrasos), pero que al final parece que verá la luz. El promotor, Francisco Canabal, comentó ayer que en mayo espera terminar los últimos flecos de las obras y, a partir de ahí, ponerlo en marcha. Los operarios están trabajando desde hace unas semanas en los detalles pendientes, porque el grueso de la obra está terminado desde hace años. En principio, tendrá nueve habitaciones, además de espacio para celebraciones. El promotor logró un acuerdo con el Arzobispado por 45 años y una renta mensual de 300 euros, además de un despacho para el párroco.